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jueves, 25 de octubre de 2018

Berlin: la ciudad inmortal


Berlín, capital de Alemania, ciudad con múltiples y fascinantes facetas. Epicentro de algunas de las historias más terribles del siglo XX. Sus calles han sido testigo de esta realidad y recorrerlas es como hojear un libro de historia. No hay ojos cerrados ni corazones bloqueados, la ciudad está viva y consciente de sus cicatrices. El nazismo la inundó, la atravesó y la marcó probablemente para siempre; los alemanes lo saben. Como si esto fuera poco, después de quedar virtualmente destruida por los bombardeos de la segunda guerra, Alemania se divide en 2 y entre ambas mitades se levanta un muro que es testigo de esta triste realidad que separa amigos, familias, compañeros por casi 40 años. Nuevamente, esto es parte de la ciudad. En varios rincones se cuenta la historia desde diferentes perspectivas, siempre triste, horrenda e impactante. Hoy Berlín no olvida pero si supera, la ciudad es epicentro no solo de Alemania pero de Europa. Repleta de jóvenes, de vanguardia, de acontecimientos culturales, políticos y sociales, pero empapada de siglos de historia la hacen única e irrepetible. Una ciudad siempre en movimiento, entretenida, diversa y tolerante.
"Void Void" Museo Judío
Monumento al Holocausto
Para conocer la historia del nazismo recomiendo tres imperdibles lugares. El primero es la "Topografía del Terror" (https://www.topographie.de/en/), un museo instalado en los que fueron los cuarteles generales de la gestapo y que ahora cuenta su terrorífica historia. Tiene una instalación interior y otra exterior que vale la pena visitar con calma. Darse el tiempo de leer las historias detrás de los personajes es algo que probablemente no olvidará jamás. Hay aquí también restos del muro que coincidentemente pasaba por esta zona repleta de edificios oficiales del nazismo. El segundo lugar es el "Museo Judío" (https://www.jmberlin.de/), un espacio que rescata la cultura judía a lo largo de la historia. En 1999 el arquitecto Daniel Libeskind construye un ala moderna que habla de la relación entre alemanes y judíos. Un vínculo fuerte que tiene profundas cicatrices y que el edificio muestra notablemente en su exterior. Sin embargo, realmente se entienden y palpan al recorrer el interior en donde se atraviesan las entrañas de esas heridas. La arquitectura se pone en favor del contenido como pocas veces antes lo vi. Un ala mas bien conceptual, con algunos relatos breves del holocausto y algunas exposiciones imperdibles como "la torre del holocausto", "el jardín del exilio" y la desgarradora "void void". Aquí el horror le atraviesa a uno el cuerpo.
Por ultimo, el tercer imperdible es el "Monumento al Holocausto". Son  2711 bloques de hormigón de diferentes alturas que recuerdan a los judíos asesinados en Europa durante la segunda guerra. Está muy cerca de la puerta de Brandenburgo y a pesar de que el lugar es un imán para niños, se siente el ambiente sobrecogedor que lo rodea.

Zona de la muerte - Museo del Muro de Berlín 

Memorial Muro de Berlín
La historia del muro se cuenta en varias partes de la ciudad pero hay dos lugares que son totalmente imprescindibles. La East Side Gallery y el monumento al muro en el vibrante barrio Mitte. Este último es en mi opinión el lugar perfecto para entender y empaparse de la realidad que dividió a Alemania en dos por varias décadas. Con la estación de metro Nordbahnhof ahí mismo es muy fácil llegar y tiene la gracia de ser un lugar en donde no se ven multitudes. La primera parte es un jardín abierto en donde hay restos originales del muro con una potente intervención de fierros que lo proyectan. Esto le permite atravesar de un sector al otro; precisamente lo que estaba prohibido en los años de la división. En el espacio en donde estaba la zona de la muerte hay un jardín que tiene paneles con historias e información. Esta zona es bien grande y se puede recorrer con el respeto y solemnidad que requiere el lugar. Hay un panel que recuerda a varios de quienes murieron intentando cruzar, sorprende ver algunos niños. Para construir el muro en esta zona se arrasó con un cementerio y una iglesia, verá un par de cruces que están ahí en recuerdo de eso y también por la posibilidad que sigan habiendo cuerpos enterrados bajo tierra. Al lado de esto hay una zona que replica exactamente como era el muro. Se ve la zona prohibida o de la muerte, el segundo muro y su torre de control. La vista perfecta se obtiene desde el último piso del museo que está al frente y cuya visita es lo mejor sobre el tema. Con imágenes reales, fotografías e historias logran dar la información completa para tener una idea exacta de como se vivía y sobrevivía en la Alemania dividida. La muestra termina con un emocionante video de la caída del muro, es habitual ver gente emocionada hasta las lagrimas en esta parte de la exposición. Al salir no deje de visitar la capilla de la reconciliación construida el año 2000 y que reemplaza la iglesia que los alemanes de la RDA botaron para construir el muro.
La ruta lógica nos lleva desde aquí a recorrer el variado y entretenido barrio Mitte. Si bien este es el nombre del distrito del centro histórico de la ciudad, éste se subdivide en 6 barrios, uno de los cuales es homónimo al distrito. El que fuera el corazón de Berlin Oriental, ahora es el barrio joven, entretenido, de tiendas y restaurantes, donde todo el mundo quiere estar. A pesar de que el epicentro es la Alexander Platz, a la cual yo no le encuentro gran atractivo, el barrio ha ido tomando vuelo algo más hacia el este. Las calles Munzstrabe, Neue Schonhauser y Rosentnthaler Strabe están repletas de tiendas de todo tipo, desde las enormes marcas hasta pequeños emprendimientos locales. Todo esto en un ambiente joven y entretenido, rodeado de cafés, heladerías y restaurantes. Imperdible Rosenhofe, una especie de galería repleta de tiendas entretenidas y rincones para descansar con un café, una cerveza o el almuerzo. Ver la famosa torre de televisión es un must por su importancia histórica. Se levantó en 1969 para demostrar la superioridad del comunismo sobre el capitalismo. Con sus 368 metros de altura es todavía la estructura mas alta de todo Alemania. Se puede subir al observatorio, yo no lo hice porque encuentro que las ciudades con grandes edificios ganan desde la altura pero en las planas no es tan notable. A solo un par de cuadras hay un Hofbrau (https://www.hofbraeu-wirtshaus.de/berlin/), el famoso restaurant originario de Munich. Comida típica alemana, música en vivo y cervezas de litro, mi definición del paraíso
Catedral de Berlín

Catedral sobre el rio Esprea
A un par de cuadras está la rivera del rio Esprea, que como atraviesa la ciudad fue en muchos puntos frontera entre las dos Alemanias. A pesar de su protagonismo, es curioso que muchos turistas no conocen su nombre, sin embargo, tanto locales como visitantes llenan sus orillas que a la altura de Mitte forma un gran biergarten (lugar abierto en donde tomarse una cerveza). Al frente se alza imponente y maravillosa la Catedral de Berlin. Las vistas de su frente y su parte trasera son tan distintas como preciosas. Un aire dramático la rodea por el contraste de colores entre la cúpula, el rio y el cielo. Imperdible su altar de mármol blanco y ónix amarillo aunque lo realmente inolvidable son los 270 escalones que lo llevan a la cúpula. La catedral se encuentra en una isla en medio del rio conocida como "La Isla de los Museos". Este es probablemente el conjunto de museos más importante del mundo. Compuesto por el Pérgamo, el Museo Nuevo, la Antigua Galería Nacional y el Museo Bode; fueron declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco. Si bien el Pérgamo es el más visitado, yo le aconsejo informarse bien y elegir cual visitar. Entrar a todos puede agotar a cualquiera e implica más de un día solo de museos, lo que en mi opinión es mucho. Horarios e información en https://www.disfrutaberlin.com/isla-museos
Cúpula del Reichtag

Torre de la Victoria - Tier Garten
En este lado de la ciudad hay mucho por visitar. Sin duda su mayor atractivo está en la Puerta de Brandenburgo. Este arco neoclásico inspirado en la Acropolis de Atenas es un ícono de la ciudad desde 1788. Si bien la actual es una replica porque la original fue destruída por los bombardeos de la guerra, no pierde su imponencia y belleza. Durante el oscuro período de división de Alemania, la puerta quedó en zona neutra. No era ni de la RDA ni de la RFA, perdiendo toda su figuración; pero la misma noche del 9 de noviembre de 1989, cuando cae el muro, la puerta recupera su sitial y hoy brilla mas que nunca. Epicentro de la actividad local y turística es un buen punto para empezar o terminar el día. A su lado el precioso Reichstag, parlamento Alemán, un antiguo edificio que fue reconstruido con la caída del muro agregándole una impresionante cúpula de vidrio que se puede visitar. El acceso es gratis pero debe ser previamente autorizado vía mail en https://www.bundestag.de/en/visittheBundestag. Es importante tener en cuenta que todos quienes vayan deben tener una identificación (pasaporte o ID) para poder entrar. La vista de la ciudad es preciosa a la hora de la puesta de sol, especialmente sobre el Tier Garten (el Central Park Berlinés). Se ve claramente la maravillosa Torre de la Victoria en su parte central. Esta fue construida para conmemorar la victoria de Prusia sobre Dinamarca. Aquí también se puede subir y apreciar la vista.
Check Point Charlie

Bebelplatz Memorial
Edificio de la Nueva Guardia
Antes o después, dependiendo el itinerario es imperdible el paseo por la Unter den linden (bajo los tilos), una de las principales avenidas de Berlín. No dejar de ver el edificio de la opera, la Catedral católica de San Eduvigis y la Plaza de la Bebelplatz. Aquí el 10 de mayo de 1933 la plaza fue escenario de una quema masiva de libros por parte de los nazis. Para recordar este hecho en el centro de la plaza hay una vitrina hundida con varios estantes de libros vacíos. Un monumento pequeño y simple frente a un hecho horroroso. Para terminar en esta calle deténgase unos minutos a ver el Edifico de la Nueva Guardia, una pequeña edificación neoclásica que alberga una escultura de una madre con su hijo muerto en brazos. Desgarradora imagen que busca homenajear a las víctimas de la violencia en el mundo. Desde este lugar puede caminar unas pocas cuadras al emblemático Check Point Charly, uno de los 12 puntos fronterizos oficiales entre el este y el oeste que era controlado por los Americanos. El museo es muy completo (y la tienda más) y se mantiene en el lugar la caseta original de la época con unos muy poco originales soldados que se sacan fotos por un par de euros. Si anda con su pasaporte, si lo timbran aquí por otro par de euros. En esta esquina hay varios museos sobre el muro y la guerra fría, elija bien donde invertir su tiempo.
En lo personal, el museo oficial me pareció demasiado largo y me gustó más el panorámico que está al frente, especialmente si va con niños. Si todavía queda energía no se pierda la Postdamer platz, que tiene un pasado céntrico y bullicioso que terminó con la división de la plaza por el muro. Hace poco fue renovada con atractivos edificios, un mirador y un tremendo mall en donde se pueden hacer compras o bien parar por un café o cerveza. Es otro de los epicentros de Berlín.


Hauptbahnhof 

Red de metro de Berlin
Hablemos del metro, el verdadero sistema venoso de la ciudad, con líneas subterráneas y elevadas, interconectado con todo el sistema ferroviario de la ciudad. Su primera linea data de 1902 y el sistema contempla hoy un intrincado y muy bien conectado número de lineas. Recomiendo bajar la aplicación para celular que facilita mucho su uso. El ticket se compra en máquinas que están los accesos de la estación y debe validarse en el anden. Nunca nos tocó ver fiscalizadores pero el sistema funciona, la gente paga y lo cuida. Muy útil para recorrer una ciudad de estas dimensiones, con tantas atracciones y pocos días para hacerlo. Hay tickets unitarios y en set. Se ofrece una tarifa rebajada para niños desde los 14 años hacia abajo. No deje de conocer la estación central, Hauptbahnhof, que en los 70.000m2 de sus cinco plantas ve pasar diariamente alrededor de 240.000 personas en los 1500 trenes o metros que aquí se detienen. Es una obra de ingeniería impresionante.


Oberbaumbrucke

"El beso mortal"
Graffiti del chileno Cesar Olhagary

Algo más alejado del centro pero a unas pocas estaciones de metro se encuentra la East Side Gallery. Una zona en donde 1.3 kilómetros de muro ha sido intervenida con graffitis de artistas de todas partes del mundo. Probablemente el más famoso es "El beso mortal", del artista ruso Dimitri Vrúbel, que inmortaliza el famoso beso fraternal socialista entre  Honecker y Brezhnev. Precioso es el del chileno Cesar Olhagaray que tiene varios murales en Berlín y este destaca de manera importante en la East Gallery. Su visión es muy particular ya que él vivió muchos años en Berlín (RDA) y estaba ahí cuando el muro cayó. No pueden dejar de visitar el Oberbaumbrucke que está en uno de los extremos de la galería. Es un puente de doble altura que cruza el rio Esprea y que fue uno de los puntos de frontera importantes durante la Alemania dividida. Solo en 1994 se abrió su uso peatonal, antes era para automóviles en el nivel inferior y metro en el nivel superior. Si bien su diseño ha cambiado a lo largo del tiempo, su actual estilo gótico y sus rojos ladrillos entonan perfecto con verde del rio y el gris de la ciudad.
Neue Kirche

Iglesia Memorial Kaiser Wilhelm
No puede irse de Berlín sin darse una buena vuelta por el barrio de la Kurfurstendamm, una de las calles comerciales más importantes y concurridas de la ciudad. Corazón del Berlín Occidental, sigue teniendo mucho movimiento en la actualidad. Además de muchas tiendas encontrará en este barrio el zoológico de Berlín, el más visitado de toda Europa. A media cuadra se encontrará con la impresionante Iglesia memorial Kaiser Wilhelm. Construida en 1891 en honor del Kaiser Guillermo fue duramente golpeada por los bombardeos de la segunda guerra. Si bien hubo planes para demolerla, se decidió dejarla intacta y transformarla en un memorial que recuerde la insensatez de la guerra. En su interior hay una breve exposición sobre el bombardeo que vale la pena conocer. Al lado esta la Iglesia Nueva (Neue Kirche), hecha entera con vitrales azules da una sensación de tranquilidad y de eternidad única.
En la zona hay muchos restaurantes, en mi opinión el mejor es el Dickie Wirtin (http://www.dicke-wirtin.de/). Comida típica alemana casera en un ambiente de pub, entretenido e informal. No espere atención amable ni inglés fluido, pero créame que vale la pena comer aquí. Si busca una hamburguesa rápida para el almuerzo le recomiendo el híper informal Tommi's Burger Joint (https://tommis.is/?location=_de), con un ambiente relajado, entretenido y una comida inolvidable. Para comer hamburguesas algo más sofisticadas vaya a The Butcher, tiene un ambiente más ondero y nocturno, con un menú distinto y exquisito. Vale la pena la habitual espera.
Río Esprea
Aunque en mis dos visitas a Berlín nunca he ido, muchos dicen que visitar Postdam es un imperdible. Es la capital del estado de Brandenburgo y sus enormes parques, jardines y castillos han sido nombrados patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Yo lo tengo en mi lista de pendientes, espero conocerlo luego. Como Berlin es una ciudad para mínimo 3 días completos,  si quiere ir a Postdam considere un cuarto. El metro es la manera más cómoda y fácil para llegar ahí. Ahora, si le sobra medio día en Berlín, inviértalo en el río Esprea. Siempre es buena idea recorrer la rivera de un río central en una gran ciudad. Puede hacerlo caminando por sus orillas y recorriendo sus múltiples biergarten o bien tomando un bote turístico que junto con el paseo le dará información histórica sobre la ciudad.


Riviera del río Esprea
Hay mucho que ver en Berlín. Mi recomendación es imprimir un mapa y marcar ahí las cosas que son de su interés, de esa manera puede trazar itinerarios cómodos y adecuados para su tipo de viaje. 

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miércoles, 9 de mayo de 2018

Descubriendo Lisboa




Portugal es parte importante de la historia de los descubrimientos del nuevo mundo y su capital Lisboa es una invitación constante a encontrarse con ese espíritu descubridor. Su idioma, una mezcla de ritmo y melancolía lo trasladan a un lugar mágico en donde la luz, los colores y las vistas lo inundan a uno desde el primer momento. Una ciudad puerto que se alza desde el rio y se va trepando como maraña en los diferentes cerros que la componen. Repleta de rincones es una ciudad que lo obliga a dejar el mapa de lado y perderse entre sus calles. Subir, bajar, andar; básicamente callejear por la ciudad. La zona turística no es muy extensa pero tiene tanto que ver que se necesitan al menos 3 días para dar una buena aplanada a las calles y descubrir así los secretos de Lisboa.
Barrio Alto
La ciudad tiene muchos barrios entretenidos para recorrer. Hagamos un mapa mental, parémonos en la orilla del río Tejo, mirando hacia el centro de la ciudad. Ahí se ve claramente que al lado izquierdo hay un cerro por donde se encaraman el Barrio Alto y Chiado. Al lado derecho hay otro cerro y ahí está Alfama, probablemente el más turístico de todo Lisboa. Por el centro corre en medio de ambos cerros el barrio de Baixa. Un poco más alejado, en la periferia de Lisboa, se encuentra el barrio de Belem. Estas son las zonas básicas a recorrer para palpar la esencia de la capital de Portugal. No se asuste, toda esta maraña de calles, barrios y suburbios esta unida por un eficiente sistema de transporte público que conecta buses, ascensores, trenes, metro, tranvías y funiculares. Muy recomendable para recorrer todo este laberinto es comprar la "Lisboa Card" (www.lisboacard.org). Desde 1 a 3 días le entrega acceso ilimitado a todo el transporte público de la ciudad, entradas liberadas a varias atracciones turísticas y varios descuentos. Nosotros le sacamos el jugo.

Vista del Mirador de San Pedro de Alcántara

Puestos del mirador de San Pedro de Alcántara
El Barrio Alto y Chiado están tan juntos que a ratos se entremezclan. Es que se parecen mucho. Ambos son barrios con mucha onda bohemia. El alto con algo más de irrupción de nuevos restaurantes y tiendas de moda. Ambos toman mucha más forma a partir de la puesta de sol. Tiene dos miradores preciosos, el de Santa Catarina, que mira principalmente a la Bahía y el de San Pedro de Alcántara, que mira a Alfama y Baixa. Este mirador fue mi preferido, lo visité dos veces, a la hora de almuerzo y a la hora de la puesta de sol. Siempre repleto de turistas, lejos el que más onda tiene.
Ascensor da Gloria
Lleno de puestos con venta de comida y venta de pequeños objetos principalmente de artesanía. Una cerveza o vino aquí a la hora de la puesta de sol es un absoluto must. En este lado de la ciudad se ven de manera dramática sus dos caras más extremas. Por un lado las decenas de fachadas forradas en preciosos azulejos típicamente portugueses decoran las calles como si fuera una fiesta. Por el otro, los horribles grafitis pandilleros la ensucian al nivel de basural. Por suerte hay tantas atracciones que uno casi se olvida de los rayados. No se pierda los dos "ascensores" que hay en esta zona. El Da Gloria que lo deja justo en el mirador de San Pedro y el Da Bica que es el más popular de la ciudad, básicamente porque comunica el Chiado con el Barrio Alto, zona de gran movimiento de gente. Ambos fueron construidos a fines del siglo XIX. Andar lento por sus vías es un verdadero viaje en el tiempo. Sorprende la facilidad con la que se trepan por los cerros entremedio de curvas y peatones. Sus choferes son muy amables y todos de alguna manera, son guías turísticos de la ciudad. Si no tiene la tarjeta puede pagar en efectivo al chofer. No deje de visitar la iglesia de San Roque,  una oda al barroco portugués y cuyos altares son de los más ostentosos de Europa. En estas calles hay dos restaurantes imperdibles para comer el sofisticado y maravilloso Bistro 100 Maneiras (http://100maneiras.com/bistro/?lang=en) y el entretenido Bairro do Avillez (https://www.joseavillez.pt/en/bairro-do-avillez) que es un centro gastronómico, con un solo dueño. Le recomiendo aquí la taberna. En ambos es imperativo reservar. En la medida que vaya metiéndose en Chiado verá como en cada rincón hay un café o un bar, o ambos en el mismo local. Durante la noche, la celebración aquí no para. Especialmente en la calle "rosa" que es un sector de la calle Rua de Carvalho donde están las discos y los streap shows. Esto funciona hasta la madrugada. Imperdible resulta visitar el recientemente remodelado mercado de la ciudad, que fue comprado por la revista Time Out y ahora lleva su nombre (www.timeoutmarket.com). Como todos los mercados, está repleto de puestos, con venta de comida típica portuguesa, muchas tapas y vino. Hay mucho espacio para sentarse cómodamente, no se ven las aglomeraciones de los mercados españoles.
Mercado Timeout

Alfama
Para otro día organice la visita a Alfama. El barrio más turístico e histórico de la ciudad. Aquí encontrará el Castillo de San Jorge, el Panteón, la Catedral SE y la Iglesia de San Antonio dentro de la lista de imperdibles. Sin duda, la principal atracción es el castillo. Aquí usted puede pasar una hora o todo el día dependiendo de cuanto le interese la historia de la nobleza portuguesa. El castillo data del siglo VI así que tiene mucho que contar. Si la historia no es lo suyo, la visita se paga con la vista de la ciudad, los jardines y las calles que lo rodean. Alfama  está repleta de pendientes y de turistas, vaya con energía. El famoso tranvía 28 (que todas las guías recomiendan evitar por su congestión y exceso de carteristas) se pasea por el barrio como una verdadera cuncuna. Tómelo si es que quiere evitar cansancio pero con resguardo de los carteristas. Hay en esta zona muchos miradores imperdibles, especialmente el de Nuestra Señora del Monte, que es el más alto de la ciudad y el que menos turistas tiene. Un manjar para quienes disfrutamos de la fotografía.
Vista del Mirador Nuestra Señora del Monte al Castillo San Jorge

Audrey?s
Si ya subió por las escaleras hasta aquí, nada le cuesta caminar unas 3 cuadras adicionales y conocer el Mirador Da Gracia que tiene una linda iglesia y práctico café para disfrutar de la vista y un poco de descanso. La panorámica que se tiene desde aquí al Castillo es espectaculare. Bajando hacia el mar están casi pegados los miradores de Santa Luzia y Puertas del Sol, una oda a los azulejos, característica propia de toda la ciudad de Lisboa. Repletos de turistas y rodeados por restaurantes de dudosa calidad, en esta zona le recomiendo almorzar en uno que encontramos escondido al lado de los miradores. Lo destaco, por lo alejado del ruido, su buena atención y rica comida. Se trata del Audrey's, un verdadero oasis a la locura turística y al implacable sol de Alfama. Si tiene tiempo de ir al Panteón, no deje de subir al techo que ofrece otra magnífica y completa vista de la ciudad.

Veredas

A unas pocas cuadras está la Catedral SE y la Iglesia de San Antonio, casi pegadas una con la otra. Este lugar representa el corazón de Alfama. Si a esta altura ya no siente las piernas, no dude en tomar un motocarro chino. Hay por montones y a precios bastante razonables. Sus choferes hablan varios idiomas y normalmente son buenos conocedores de la ciudad. Mucha gente mayor recorre toda Lisboa en estos carros que como no logran gran velocidad, no son peligrosos.
El ascensor de Lavra, es el más lindo de la zona. Tiene una ruta que es prácticamente curva y termina a una cuadra del precioso e imperdible jardín Torel. Alfama es un barrio para perderse, callejear por donde lo lleve su instinto sin dejar de ver las grandes atracciones.

Le advierto que si bien Lisboa está repleta de turistas, sus veredas son angostas e incómodas de recorrer porque están construidas con una piedras tipo adoquín chico, muy irregulares, que se ven preciosas pero obligan a zapatos planos o zapatillas.
Si le queda algo de energía puede ir a recorrer Baixa, que siempre está a mano. Es el corazón de Lisboa y aquí se encuentran las grandes plazas y avenidas. Un distrito principalmente de compras. Fue destruido en 1755 por un terremoto y posterior tsunami y esto permitió su reconstrucción ordenada en forma de cuadriculas. Visita obligada es la Plaza de
Ascensor Santa Justa
Comercio, lugar en donde puede tomarse una cerveza con los pies metidos en el rio Tejo. Hay que subir al mirador del Arco Rua Augusta que da una vista totalmente distinta de la ciudad, con el rio a la espalda. Le sugiero un café en la plaza Rossio si es que disfruta de las muchedumbres. La zona de Baixa es realmente famosa por dos iconos turísticos. El primero es el ascensor da Justa, que es el único vertical de la ciudad. Tiene un café arriba y un mirador en la parte más alta que da bastante vértigo si es que uno ha visto la forma del ascensor y considera que tiene más de 100 años de antigüedad. Hay un puente que lo comunica a la segunda atracción más popular de la zona y es las ruinas del Convento del Carmo (http://www.museuarqueologicodocarmo.pt/). Revise bien los horarios porque cierra temprano y vale la pena ver como se conservan las ruinas de este lugar construido en 1396 y destruido con el terremoto de 1755. En el lugar hay también un museo arqueológico interesante de visitar. Lo que yo hice para no perderme nada, fue imprimir un mapa de la zona turística y marcar con destacador lo imperdible. Muy útil herramientas en ciudades complejas como esta.

Monumento a los descubrimientos y puente 25 de Abril

El Barrio de Belem es para medio día en la medida que pueda estar instalado allá antes de las 10 am, si no, considere almorzar allá porque de lo contrario no alcanzará a apreciarlo en su completa magnitud. Puede llegar tomando el tranvía 15E que sale de la Plaza de Comercio, o bien tomando el tren que va a Cascais y que para en Belem. Si al llegar la fila para entrar al Monasterio de los Jerónimos es corta, aproveche y visítelo de inmediato, se puede perder hasta una hora en la fila. Si es larga, déjelo para la tarde consultando los horarios de cierre.  Este convento (http://www.mosteirojeronimos.gov.pt/) se construyó para conmemorar el regreso de Vasco da Gama de la India y su financiamiento se hizo con impuestos cobrados a especies que llegaban a Portugal. Tanto comercio hubo que el Monasterio es de los más opulentos del mundo. Vale la pena entrar a la iglesia, para la cual no hay que pagar ni hacer filas. De una belleza impresionante este lugar no deja indiferente a nadie. Tenga en cuenta que para subir al segundo piso hay que hacerlo desde dentro del monasterio. Al terminar su visita puede ir a comer uno de los mundialmente famosos pasteles de nata a la Pastelería de Belem (http://pasteisdebelem.pt/en/) que está a una cuadra. Es imposible no verla porque a toda hora hay decenas de personas en la entrada y por todo el barrio verá gente pasearse con sus características bolsas.
Plaza Imperio y al fondo Monasterio de los Jerónimos

Puede descansar un rato en los preciosos jardines de Plaza de Imperio que es una de las más grandes de Europa. Cruzando hacia el rio se llega al impresionante monumento a los Descubrimientos. Levantado en 1960 para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante. Con 52 metros de altura y sus 33 personajes relacionados a los descubrimientos portugueses, no deja indiferente a nadie. Vale la pena subir al observatorio porque se tiene una vista espectacular de todo Belem y también del puente 25 de abril que tiene un enorme parecido al Golden Gate de San Francisco. La explicación a esto es fácil, ambas ciudades son tremendamente sísmicas y el diseño del puente considera esa problemática. Si el almuerzo lo encuentra aquí le advierto que la oferta no es espléndida pero le sugiero pruebe el pica pau, un plato típico portugués parecido al strogonoff. Realmente delicioso.
Torre de Belem
No se puede ir de Belem sin conocer la multifacética Torre de Belem (http://www.torrebelem.gov.pt/). Fue construida en 1520 en medio del rio Tejo para servir como defensa en la entrada a la ciudad. Con el tiempo, cuando esta función dejó de ser necesaria, se transformó en una cárcel, luego en un faro y después en una unidad cobradora de impuestos siendo trasladada a la orilla. Con el paso de los años logra su más lucido trabajo, ser icono no solo de Belem sino también de Lisboa. Se puede visitar en todos sus niveles y tiene un simpático sistema de semáforos internos ya que las escaleras son tan angostas que no permiten gente subiendo y bajando al mismo tiempo. Si aun tiene energía puede hacer el paseo en ferry a la orilla opuesta y llegar así a Porto Brandao donde se encuentra el enorme monumento a Cristo Rey. Vuelva a la ciudad a ver la puesta de sol en alguno de sus miradores. No se descubre Lisboa sin esta experiencia.
Casa de Linhares

Finalmente, lo más importante para volver sintiendo que vivieron la ciudad al máximo es oír, en vivo, el precioso y melancólico fado. Este género musical auténticamente Portugués fue definido por el poeta Fernando Pessoa (ídolo literario local) como "Ni alegre ni triste. El fado es la fatiga del alma fuerte". Yo me di el trabajo y encontré un tremendo lugar para oírlo. Se trata de la Casa de Linhares (http://www.casadelinhares.com/). Una antigua mansión renacentista en donde vivían los Condes de Linhares. Hoy cobija un restaurant que cada 20 minutos tiene un trio que va cambiando y que canta 3 canciones de fado por turno. Yo había leído de lo potente que era oír esta música en vivo, pero debo decir que la experiencia superó por mucho la expectativa. Realmente es algo que paraliza la sangre, profundo, precioso, poderoso, tanto que resulta casi hipnotizante. El fado es de las cosas que uno sabe que extrañará cuando se vaya de Lisboa. Lo mejor de todo es que además, la comida en este lugar es fantástica y el servicio también entonces es una experiencia absolutamente imperdible.
En el siguiente posteo les contaré sobre los pequeños pueblos en las cercanías de Lisboa que dan una experiencia totalmente distinta a la de la ciudad


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martes, 30 de mayo de 2017

Ruta Romantica: entrando en materia (Segunda Parte)

Wurzburg

Mi intención original con la Ruta Romántica era escribir dos posteos pero ya me doy cuenta que es muy difícil si es que de verdad les quiero compartir lo que conocí y lo que no alcancé pero se que está ahí, esperándome.  Creo que nos vamos a alargar a 4. Espero disfruten este recorrido mágico, por un lugar que a ratos parece haberse congelado en el tiempo y olvidado de los problemas que hoy aquejan al mundo.

Estamos en el día 1.  Se supone que llegamos ayer a Frankfurt, recorrimos el borde del río Main, comimos rico con una cerveza helada (esto es Alemania, nada de andar tomando vino aquí) y hoy en la mañana tenemos tiempo para ver el centro histórico y la catedral con tiempo.  A medio día ya deberíamos estar listos para partir.  Aquí la primera decisión del viaje.  Una alternativa es partir de una a hacer la ruta y no volver a ver Frankfut sino hasta el final.  La segunda alternativa es quedarse un par de días en el barrio, ya sea usando Frankfurt como centro de operaciones o bien ir a dormir a los pueblos cercanos.  Hay una preciosa muestra de castillos en el área, que si bien no forman parte de la Ruta Romántica, son absolutamente espectaculares.

Nosotros por política no viajamos sin nuestros hijos por mas de 10 días, por lo tanto el factor tiempo nos hizo irnos directo a la Ruta Romántica.  Ya habrá tiempo para volver a conocer lo que quedó en el tintero.  

Si usted tiene tiempo puede hacer la alternativa dos y en ese caso lo mas destacado para ver cerca de Frankfurt es:

-  Colonia: a 190 Km de Frankfurt es una ciudad con 2000 años de historia y postales imperdibles. Abrazando al Rin esta ciudad es un museo viviente, con impresionantes muestras de arquitectura gótica y medieval. Si bien es las 4ta ciudad más grande de Alemania, lo que hay que ver está todo en el Altstadt (pueblo antiguo).  Un buen tip para recorrer los pueblos y ciudades en Alemania es buscar siempre los letreros de "Altstadt" que lo llevan al centro histórico de la ciudad.


-  Castillo Braunfels: a 70 Km de Frankfurt (se puede pasar camino a Colonia desviándose un poco), el castillo de ubica en la ciudad de Hesse.  Con 800 años de antigüedad tiene muchas historias que contar. Su aspecto de cuento de hadas lo convierten en polo de interés turístico.  Se pueden hacer visitas guiadas.  Cuenta con un restaurant y un pequeño jardín zoológico cuya entrada es gratuita.
http://www.schloss-braunfels.de/es/casa.html

-  Castillo Marksburg: a 129 km de Frankfurt también es un paseo que se puede hacer por el día.  Considerado por la Unesco como patrimonio de la humanidad.  Fue usado como fortaleza mas que como palacio, con lo que se entiende su privilegiada posición sobre el pueblo de Braubach y admirando el Rin. Hay tours guiados en varios idiomas, incluso español y a precios razonables.
http://www.marksburg.de/en/




-  Castillo Eltz:  Separado de Marksburg solo por 50 km, el Eltz es otro castillo de cuento.  Ubicado entre los cerros de Burg  es el tipo de foto que los hará enormemente populares en Instagram.  El Castillo data del siglo XIII y por 33 generaciones ha pertenecido a la misma familia, incluso hasta ahora.  Por este motivo solo dos tercios del Castillo Eltz están abiertos a publico.  En el ultimo tercio vive parte de la familia Kempenich y por lo tanto no se puede visitar.
http://burg-eltz.de/en/




-  Cochem:  Descrito como el pueblo más romántico del valle de Moselle, este ínfimo pueblo se transforma en un must del barrio. No le tomará mas que un par de horas recorrerlo, pero será tiempo bien invertido.  Protegido por el castillo Reichsburg el pueblo aun tiene restos de el muro que alguna vez lo rodeó.  Se encuentra 28 km al sur de el Castillo Eltz así que no puede ser mas fácil pasar a conocerlo.


Como verán hay harto que ver cerca de Frankfurt y créanme que les he mostrado solo algunas cosas porque hay muchos lugares increíbles en la zona.

Ahora, si como yo, usted está limitado de tiempo.  Esa mañana después de recorrer Frankfurt se va a Wurzburg para llegar a almorzar. Son 120 km que se recorren sin apuro en 1 hora y media.  En este mágico y precioso pueblo comienza oficialmente la Ruta Romántica. Al entrar a Wurzburg bordearán la fortaleza de Marienberg.  Nosotros elegimos no entrar y verla solo por fuera. Entrando al pueblo, cerca del Altstadt encontramos estacionamiento pagado en un edificio y fue ideal.  Nos pareció un lugar seguro para dejar el auto con maletas.



La mejor vista de la fortaleza se obtiene desde abajo, en el puente Alte Mainbruque (puente viejo) que es un mini puente Charles (Praga) con esculturas que lo resguardan. La fortaleza fue el palacio de obispos príncipes durante siglos. Debe ser un panorama interesante recorrerla por dentro si se dispone de tiempo.  Nosotros decidimos almorzar en el restaurant homónimo del puente, en una terraza sobre el río y mirando la fortaleza. Para que les digo lo lindo de la ubicación es como irse directo al sigo XV.  La comida, exquisita y algo sofisticada, lo que fue una sorpresa para mí. 

Despues de almuerzo la invitación es a recorrer el pueblo caminando.  Se encontrarán con su preciosa catedral y su enorme domo, postal obligada de Wurzburg.  Hay muchas ferias en las plazas y verán iglesias en cada cuadra.  Las más famosas son: la iglesia Neumunster que está aquí desde el siglo XI, y la maravillosa Marienkapelle que adorna el mercado central:



En Wurzburg la única manera de volver al siglo XXI es cuando uno es casi atropellado por los silenciosos trolleys eléctricos que son el principal medio de transporte en esta pequeña ciudad de solo 124.000 habitantes:


Cuando ya haya recorrido el centro, comido un strudel o un tomado un helado, es momento de emprender el viaje pero no sin antes visitar el principal atractivo de la ciudad:  la Residencia Wurzburg:



Este castillo fue mandado a construir por Johann Philipp Franz Von Schönborn ya que consideró que la fortaleza Marienberg no estaba a su altura.  El quiso un edificio más al estilo de Versalles pero con estilo exterior Austríaco y con decoración interior rococó.  El castillo se puede visitar gratis en sus jardines y pagando una entrada de 7,5 euros para el interior.  

Alrededor de las 5 pm quisimos partir para llegar a lo que para mí es el pueblo mas lindo de toda la ruta:  Rothenburg ob der Tauber.  Hablaremos de eso en el proximo posteo.

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