viernes, 19 de agosto de 2022

Viena, la majestuosa capital imperial


Palacio del Alto Belvedere

                                      Palacio Schonbrunn                                    
No tenía dentro de mis planes cercanos viajar a Viena. Probablemente por ignorancia no estaba dentro de mi radar ni de corto ni de mediano plazo. El covid y las prohibiciones de entrar a muchos países me llevaron a esta ciudad y debo decir que la sorpresa fue mayúscula. La pequeña Viena derrocha elegancia y belleza al nivel de competir codo a codo con Paris y para algunos incluso derrotarla. Su pasado imperial se manifiesta en todos los rincones, con impactante arquitectura, grandes avenidas y mucho arte que habla de un pasado en donde fue epicentro de la cultura. Viena es la capital de Austria y con casi 2 millones de habitantes es la ciudad más grande del país. Este año nuevamente fue elegida como la mejor ciudad del mundo para vivir, premio que ha ganado múltiples y merecidas veces. Es una ciudad pequeña, muy bien conectada por el transporte público, fácilmente caminable en la zona central y combina a la perfección el respeto por lo antiguo y la vanguardia que lo moderno tiene para ofrecer. 
                      Naturhistorisches Museum                   
Viena es conocida por ser la cuna de la música clásica pero este es solo uno de los aspectos atractivos de la ciudad. Gran cantidad de palacios, museos, parques y atracciones hacen de este lugar un destino imperdible en Europa. Asi como en USA es sabido que la libertad ocupa un lugar absolutamente prioritario siempre, en Viena la belleza tiene esa posición. En todo lugar y momento uno siente que se puso especial esmero por la estética y la elegancia, desde los basureros hasta los palacios, en cada detalle se puede notar que aquí lo práctico simplemente no es relevante. Ciudad amable y segura se hace grata para pasear, caminar y recorrer. Con buenos restaurantes y una atractiva vida nocturna ofrece panoramas para todas las edades e intereses. Con menos de 7 millones de turistas por año Viena es una ciudad que se puede ver, pasear y fotografiar con calma y comodidad. Tuve la suerte de visitarla a fines del verano europeo la primera vez y fue tal mi enamoramiento que volví a pasar la navidad a los pocos meses. A pesar del frío, pudimos disfrutar el espectáculo increíble que es la transformación de la ciudad en una gran feria de navidad inundada de luces, decoración y mercados navideños.

Opera de Viena

                                        Opera de Viena                                      
Probablemente el edificio más emblemático de la ciudad es el de la ópera que fue inaugurada en 1869 con una obra de Mozart. De una belleza absolutamente inefable no deja de sorprender cada vez que uno se enfrenta a él. Es considerado el principal templo de la ópera a nivel mundial por lo que vale la pena mirarlo con tiempo y dedicación tanto por fuera como por dentro. El edificio ofrece visitas guiadas en varios idiomas a un precio muy razonable que vale la pena tomar. Poder asistir a la opera es bastante más caro y lamentablemente no hay espectáculos durante el verano. En su interior las escalinatas de mármol lo conducen desde su impresionante hall renacentista hasta el auditorio con capacidad para 2.800 personas.
               Féretro de la familia real         
El emperador Franz Josef la mandó a construir con un estilo neo renacentista y sus iniciales están por todas partes. Su belleza, elegancia y perfección no logran traspasarse a las fotos, este es uno de esos lugares en los que hay que estar para entender porque producen tanto impacto. El edificio de al lado alberga al Museo Albertina (https://www.albertina.at/en/) con una pequeña pero completa colección de arte moderno se puede ver gran cantidad de obras de Picasso, Monet, Chagall entre otros. En su terraza ofrece una espectacular vista al edificio de la ópera. A un par de cuadras de aquí está el Neuer Market que es una plaza que estaba siendo remodelada y que promete quedar espectacular. En esta central ubicación se encuentra la Iglesia de los Capuchinos (https://www.kapuziner.at/kloester/wien/) que tanto por fuera como por dentro tiene un aspecto muy sencillo pero en el subsuelo están las criptas imperiales con lujosos e impresionantes féretros de casi toda la familia real. Tanto Franz Joseph como la muy famosa emperatriz Sisi están enterrados aquí. Vale la pena recorrer sus rincones en detalle y asi lograr palpar la grandiosidad del imperio Austro-Húngaro. 

Palacio Hofburg

                                       Palacio Hofburg                                        
En pleno centro histórico se encuentra el palacio Hofburg que durante 6 siglos fue la residencia de la poderosa familia real de los Habsburgo hasta el año 1918 cuando termina el imperio. El palacio tiene un aspecto relativamente sencillo considerando la grandiosidad de otras edificaciones similares. Vale la pena visitar la cámara del tesoro, la capilla imperial y el museo de Sisi. Al lado se encuentra la Escuela española de equitación, con mas de 400 años de antigüedad es una de las más emblemáticas del mundo y la única que desde el renacimiento se mantiene sin cambios. Se dedica exclusivamente a la crianza y entrenamiento de caballos lipizanos y fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco.
                Escuela Española de equitación.              

Tiene dos tipos de visitas, una que es una función de entrenamiento en vivo que es algo monotona y la segunda es una visita guiada que vale la pena hacer, porque es un panorama distinto y es muy interesante aprender sobre esta raza tan particular. Le anticipo que no dejan tocar a los caballos y cuesta bastante cumplirlo porque son preciosos y uno entra hasta las caballerizas. Atravesar los edificios del palacio para llegar a los jardines aledaños es algo que ayuda a caer en la cuenta de la grandiosidad de los tiempos pasados en Austria. Aquí es donde uno se da cuenta que Viena no tiene nada que envidiarle a ninguna gran capital europea y que si bien la ciudad es bastante chiquitita no escatima en elegancia y grandiosidad.  Es imposible no detenerse a mirar en detalle las esculturas exteriores, las decoraciones de los ventanales, sus cornisas y las sutiles y discretas combinaciones de colores en las fachadas, todo en todos crema rozando el amarillo. Los coches a caballo son parte habitual del escenario, sus cocheros con impecables atuendos ofrecen entretenidos paseos por el centro histórico de la ciudad. 

Palacio Hofburg

                          Plaza María Teresa - Mercado Navideño                   
En la parte posterior del palacio se encuentran los jardines y la plaza María Teresa en honor a la emperatriz madre de María Antonieta. Esta zona es conocida como el Museum Quartier ya que aquí se encuentran varios museos de los más importantes de la ciudad como el de Historia Natural, el Welt Museum, el Kunsthistorisches cuya tienda vale la pena visitar y varios otros más. Como siempre la recomendación es revisarlos antes y elegir porque Viena es una ciudad con muchísima oferta cultural y es imposible hacerlo todo. En este lugar se instala durante el invierno uno de los famosos mercados navideños de la ciudad. Son un verdadero espectáculo por su puesta en escena y también por sus productos, galletas de navidad, decoración, ropa navideña y muchos productos más, todo con la alegre música navideña que da un entorno de película. No deje de visitar el Burggarten (jardín del palacio) que es un oasis de tranquilidad y belleza, un pequeño escondite entre esa infinidad de edificios monumentales que invita al descanso y la quietud. No perderse la escultura de Mozart que es magnifica.
                   Biblioteca Nacional de Austria                  
A pocos pasos, detrás del palacio Hofburg está la Biblioteca Nacional de Austria. Es considerada una de las más lindas del mundo y tiene más que merecido el honor. El edificio data del siglo XVIII y la sala Imperial es su principal atractivo. Es de tal magnitud que al entrar los ojos no logran decidirse a donde enfocar. Sus enormes y altas estanterías repletas de libros compiten con los impresionantes frescos del cielo y enormes estatuas que adornan el lugar. Las ventanas, las cornisas, las escaleras, el piso, todo es espectacular. Si es un fanático de las antigüedades, dedíquele un buen tiempo a los mapas y los globos terráqueos porque son verdaderas reliquias. La entrada es algo cara considerando que la visita dura alrededor de media hora pero si por alguna razón solo tiene un día para estar en Viena, este es un lugar que yo no dejaría de visitar, realmente sobrecoge por su belleza, grandiosidad y elegancia, muy a tono con la ciudad que sorprende en cada rincón por exactamente las mismas razones.  
Palacio Alto Belvedere

                  El Beso - Gustav Klimt           
A unas pocas cuadras absolutamente caminables el Palacio Belvedere alberga dos de los mejores museos de la ciudad. Está compuesto por dos edificios en extremos opuestos de un precioso parque. En el bajo Belvedere destaca el salón de los espejos, la sala de los grotescos y la orangery. En la parte de atrás una serie de magnificas esculturas lo acompañan para recordarnos que esta fue una residencia imperial: la casa de verano de el príncipe Eugenio de Saboya. Caminando hacia el Alto Belvedere por el parque de tres niveles sorprenden sus jardines repletos de flores y sus impresionantes fuentes que decoran el entorno de manera majestuosa. El museo tiene una colección interesante y variada cuya obra principal es "El beso" de Gustav Klimt. He tenido la suerte de recorrer muchísimos importantes museos en mi vida y me he parado frente a varias obras sublimes y famosas pero no recuerdo ninguna que me hiciera sentir como lo hizo esta. La obra es inmensa en toda la dimensión de la palabra, desde lo físico hasta la potencia de sus imágenes llenas de símbolos, es imposible no sobrecogerse. Podría hablarle largamente de este conmovedor cuadro pero solo me remitiré a decirles que fue de lo mejor del viaje, absolutamente sublime. No deje de visitar la tienda del museo que es adictiva, mucha variedad de productos a precios razonables. En la parte posterior del edificio se instala otra feria navideña a fin de año, ideal para pasar el frío con un chocolate caliente casero. 
                                 Salm Brau                               

En la entrada a los jardines del Belvedere se encuentra uno de esos restaurantes con comida local que no se olvidan. El Salm Brau (https://www.salmbraeu.com/home/) tiene comida típica excepcional en un ambiente local y entretenido. Recomiendo probar el goulash que es absolutamente delicioso. Para hacerlo todavía más perfecto, este local fabrica su propia cerveza en varias versiones de diferentes estilos y sabores. Tiene a la venta vasos cerveceros y otros souvenirs para recordar este momento inolvidable de una experiencia 100% austríaca. Lugar muy popular y bien atendido, recomiendo hacer reserva porque llegar aquí y quedarse afuera debe ser horriblemente frustrante. A pocos pasos de aquí no deje de pasar por el Parque Stadtpark, un pequeño parque estilo inglés que fue construido a mediados del siglo XIX. Visitar la escultura a Johann Strauss y el edificio Kursalon para tomar un café y recorrer el parque disfrutando de su tranquilidad y vida urbana. Nosotros fuimos un día sábado y había un mini concierto de rock, con muchas familias recorriendo, descansando y disfrutando de este espacio publico bien pensado y bien cuidado. 

Iglesia San Carlos Borromeo

             Interior Iglesia San Carlos Borromeo             

A un par de cuadras vale la pena visitar el enorme e impactante monumento a los soldados rusos muertos durante la ofensiva en Viena que logró liberar la ciudad del dominio Alemán hacia el fin de la segunda guerra mundial. Caminando por este barrio se pasa por varias embajadas en suntuosas y elegantes construcciones. Destaca la de Brasil y la de Francia cuyos edificios son absolutamente impactantes. Este barrio esta coronado por la iglesia San Carlos Borromeo que fue patrono de la lucha contra la peste. De estilo principalmente barroco tiene toques rococó, griegos y romanos. Sus impresionantes columnas exteriores están inspiradas en la columna de Trajano de Roma. Por algo más de 5 euros se puede visitar su interior y disfrutar de sus impresionantes esculturas y una cúpula con enormes frescos en honor al mártir. Se puede subir y pasear por el exterior logrando no solo ver de cerca los detalles interiores y exteriores de las partes altas de la iglesia sino que además ofrece una vista preciosa de la ciudad. Revise los horarios porque cierra temprano.
Palacio Schonbrunn

                                     Glorieta Palacio Schonbrunn                      
Cuesta elegir la guinda de la torta en Viena. Hay demasiados lugares preciosos, edificios cautivantes y palacios monumentales pero la fastuosidad del palacio Schonbrunn se roba a mi entender el protagonismo. Definitivamente hay un antes y un después de Schonbrunn en el viaje. Cuesta no ponerlo como referencia y comparación a todo porque su enormidad, elegancia, impecables jardines y privilegiada ubicación hacen que uno le ponga un 7 de principio a fin. Se llega a él tras un viaje en metro de unos 20 minutos por la linea 4. Directo y fácil. El acceso al interior del palacio es pagado pero los jardines se pueden recorrer gratuitamente y en mi opinión es lo que más vale la pena. El palacio data del siglo XVII y fue la residencia de verano de la familia imperial. Por sus pasillos jugó de niña María Antonieta y la visita guiada lo lleva por 40 habitaciones, puede ser bastante agotador y quitarle el día completo. 
                            Jardines Palacio Schonbrunn                                   
Recorrer sus jardines y entrar al museo de los carruajes imperiales le tomará en cambio toda la mañana y será tiempo muy bien invertido. El lugar es grandioso, enorme, muy bien diseñado y ofrece variadas perspectivas para disfrutar de la vista y sacar preciosas fotos. Camine por los jardines hacia la glorieta que se ubica en una loma en el fondo del jardín. Es una caminata entretenida porque se va pasando por las diferentes fuentes y la vista va adquiriendo una cambiante perspectiva en la medida que se toma altura. En la glorieta hay un café para disfrutar de la vista y un merecido descanso, no deje de subir a la terraza en donde se puede apreciar la vista completa no solo de toda la propiedad del palacio sino de todo Viena.
                                Carruaje Imperial                         

Durante la época navideña se instala en la entrada del palacio una enorme y preciosa feria navideña con productos locales que es fascinante de vitrinear. Puede hacerse una buena idea en esta publicación de mi cuenta de instagram https://www.instagram.com/reel/CX8sg6coiRg/?igshid=YmMyMTA2M2Y= . La visita al museo de los carruajes imperiales es absolutamente imprescindible. Se hace un recorrido por una gran variedad de carruajes que demuestran la grandiosidad y pomposidad con la que se vivía en Austria durante el imperio. Los carruajes son originales y hay una buena muestra fotográfica de la utilización de algunos de ellos. Especialmente llamativo es el carruaje fúnebre. Vaya abrigado porque más allá de si afuera hace calor o frío, el aire en el interior del museo se mantiene muy helado para conservar los carruajes. La tienda del museo no es gran cosa pero la tienda del palacio que está en la entrada es muy entretenida y variada, además cuenta con impecables baños que se hacen muy útiles y necesarios.
Frontis Catedral de San Esteban

                       Posterior Catedral de San Esteban               
Ya de vuelta en el centro histórico se puede visitar el edificio del Parlamento y perderse por las calles aledañas para empaparse de la elegancia y el orden que impera en Viena en cada rincón. En el corazón de la ciudad se encuentra la Catedral de San Esteban que fue construida sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban en 1147. Aquí se casó y se celebró el funeral de Mozart. De un imponente estilo gótico la iglesia impresiona por todos sus costados y por supuesto en su interior. Se puede subir a la torre de mas de 137 metros de altura aunque el observatorio es bastante pequeño y por lo tanto no ofrece una gran perspectiva. La caminata si permite apreciar de cerca el singular techo de azulejos de la catedral.  A un par de cuadras está la iglesia de San Pedro, que tiene uno de los altares más impresionantes de la ciudad, no se la pierda porque si bien el exterior no dice mucho el interior es sublime. Disfrute el paseo por la calle Graben que es peatonal, repleta de comercio y conduce hasta el barrio más elegante de Viena, donde están las mejores tiendas y los más elegantes restaurantes. Ahí puede disfrutar de un café o un almuerzo en el famoso café central que es una experiencia inolvidable. No recomiendo comer aquí porque cierra muy temprano y los mozos atienden de mala gana. El café es famoso por su elegancia y sus ilustres e históricos comensales como Freud y Tolstoi. 

                          Karntner Strasse                           
Caminar a cualquier hora por la peatonal Karntner Strasse es un panorama. Repleta de tiendas de todo tipo y de mucha gente que llena la ancha avenida y sus innumerables cafés es un lugar lleno de vida y entretención. Si tiene más tiempo puede visitar el mercado Naschmarkt que funciona desde el siglo XVI y tiene mas de 120 puestos con gran actividad especialmente en las mañanas. También se puede organizar un paseo por el Danubio, que curiosamente no atraviesa la parte antigua de la ciudad como en la mayoría de las capitales del mundo que tienen rio sino que está al limite de lo que podría considerarse apartado. Cerca de ahí se puede visitar la Hundertwasserhaus  que fue la casa del artista del mismo nombre y que está compuesta por varias fachadas de colores y formas irregulares, sin duda muy alejado al estilo clásico del resto de la ciudad pero sin duda algo curioso y diferente para ver. La casa en la que vivió Mozart y compuso las Bodas de Figaro alberga un museo que vale la pena recorrer con audioguía. Si si usted es fanático del sicoanálisis puede ir al museo de Freud que yo tuve que dejar para un próximo viaje. También me recomendaron tomar un bus para conocer Grinzing, un barrio vitivinícola en las afueras de la ciudad que no alcance a visitar. Mas allá de lo que alcance o no a hacer, no deje de disfrutar esta ciudad en toda su majestuosidad y armonía. Privilegie los múltiples restaurantes de comida típica austríaca, disfrute su exquisita cerveza local y sienta en su piel como en sus elegantes calles de alguna manera aun se viven los fastuosos y opulentos tiempos del imperio Austro-Hungaro.





viernes, 12 de agosto de 2022

Salzburgo, siguiendo los pasos de Fräulein Maria

 


        Jardines Mirabell - Fortaleza al fondo.         
Quise conocer Salzburgo desde que tengo uso de razón. "La novicia rebelde" es mi película preferida de la vida y sus escenas que recorren la ciudad las he visto docenas de veces. Si bien todavía hay una buena cantidad de turistas que llegan aquí por ese mismo motivo, la verdad es que la mayoría lo hace porque Salzburgo es la ciudad natal de Mozart, uno de los compositores de música clásica más importantes de la historia. Más allá de los motivos que atraen a los visitantes, hay que decir que esta pequeña y encantadora ciudad a los pies de los Alpes es un destino precioso que ofrece historia, cultura, rica comida e inigualables paisajes. Con 140 mil habitantes, Salzburgo es la cuarta ciudad más grande de Austria y se encuentra muy cerca de la frontera con Alemania, a menos de 200 km de Munich, ciudad hermana con la que comparten un importante tráfico turístico y comercial. Salzburgo quiere decir "castillo de sal" y su origen se explica debido a que este producto era extraído y comercializado vastamente en las diversas zonas de esta región. Esta actividad comercial produjo un importante desarrollo económico a esta parte de Austria, trayendo gran prosperidad, especialmente durante el siglo VIII. La ciudad está dividida en dos por el rio Saltz, en el lado izquierdo se encuentra la ciudad antigua, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO y que data del siglo VII. En la orilla contraria está la ciudad nueva que data principalmente del siglo XIX y tiene también grandes atractivos. Todo se puede recorrer fácilmente en un par de días de harta caminata y/o preciosos paseos en bicicleta. El idioma oficial es el alemán pero todo el mundo habla también inglés. 

Fortaleza y ciudad antigua

En un año normal, la ciudad recibe más de 3 millones de turistas que inundan las atracciones, repletan sus restaurantes y arruinan las preciosas fotos que aquí se pueden lograr. Por suerte fuimos en plena pandemia, durante el verano europeo del 2021 y en un periodo de muy bajo nivel de contagios con lo que existían poquísimas o nulas restricciones y el turismo recién empezaba a reactivarse. Asi pudimos recorrer, disfrutar y fotografiar la ciudad con muy pocos turistas lo que es siempre un agrado.  El clima es grato aunque llueve todos los meses del año y los peaks se dan precisamente durante el verano. 

Partimos nuestra visita a la ciudad con un tour privado de 4 horas en bicicleta eléctrica que yo catalogaría de imperdible. Tuvimos la enorme suerte de que nuestro guía era chileno asi que nos hizo un paseo muy ajustado a lo que queríamos ver. Partimos por las afueras de la ciudad que son los lugares mas reconocibles de "La novicia rebelde" y ademas unos paisajes preciosos. Se ven muchas parcelas y parques, todo rodeado de los Alpes y con una ciclovía espectacular. 
No hay palabras para describir la emoción de visitar la casa de los Von Trapp (que en realidad son dos porque se usó una por delante y otra por detrás) y pasear en bici cantando las canciones que durante tantos años me han acompañado. Se me hizo chica la cara para meter tanta sonrisa, realmente fue cumplir un sueño. El tour continua por el centro antiguo de la ciudad en donde se recorren otras locaciones de la película y un montón de rincones preciosos. Ideal para hacerse una idea general de la ciudad justo antes de bajarse de las dos ruedas para ponerse a caminar y verlo todo en detalle.
La ciudad se encuentra dominada completamente por la fortaleza Hohensalzburg (https://www.salzburg-burgen.at/de/festung-hohensalzburg/) ubicada en el cerro del mismo nombre. Este castillo es el más grande de los totalmente conservados de Europa. Fue construido en 1077 aunque su aspecto actual data del 1500. Su objetivo era proteger la ciudad y claramente lo logró ya que Salzburgo nunca fue conquistado por tropas extranjeras. Se puede subir a pie o bien hacerlo en funicular. Vale la pena dedicarle una mañana no solo para recorrer las preciosas e impresionantes dependencias sino para aprovechar la perfecta vista que hay de toda la ciudad.
              Salon del palacio Mirabelle.                  
Incluso se pueden ir a conciertos de música clásica o elegantes comidas durante la noche en algunos de sus salones. Salzburgo está repleto de estos panoramas que lo trasladan a uno en el tiempo y en donde el escenario y la música son los grandes protagonistas. No se puede venir aquí y no asistir al menos a un concierto de Mozart. Nosotros elegimos un concierto en el Palacio Mirabell que era sin comida porque en mi experiencia las cosas que mezclan show y comida tienen al menos uno de los dos bastante regular. El concierto duró un par de horas con un trio de cuerdas y piano, pasando por algunas de las famosas obras del gran compositor local. El escenario fue uno de los impactantes salones del palacio en donde la capacidad total era de alrededor de 50 personas. Un concierto intimo y precioso. Construido en 1606 el Palacio alberga hoy las oficinas de la municipalidad y tiene en arriendo uno de los salones mas lindos y elegantes del mundo en donde habitualmente se celebran matrimonios. Es realmente sobrecogedor recorrer sus pasillos, escaleras y sorprenderse con su elegante interior.


                               Palacio Mirabelle                                              
El palacio se encuentra en la ciudad nueva y tiene acceso gratuito entre las 8am y las 6 de la tarde. Además de visitar el interior es igualmente interesante recorrer sus jardines, que fueron rediseñados en 1690. Su perfecto alineamiento con la fortaleza y la catedral de Salzburgo hace que las fotos panorámicas rodeadas de las más preciosas flores y enormes fuentes de agua resulten simplemente perfectas. Más que turistas aquí se ven muchos locales disfrutando del espacio abierto y el precioso entorno. Los jardines fueron escenario de la canción "Do, re, mi" de la Novicia rebelde lo que le da un encanto especial al lugar.  
La fortaleza al fondo vista desde los jardines del Palacio Mirabell

       Violin de la infancia de Mozart         
Sin duda una de las mayores atracciones de la ciudad es la casa de Mozart. Si bien el genio de la música clásica hizo gran parte de su carrera en Viena (epicentro de la música clásica), fue aquí donde nació en 1956 y vivió con su familia sus primeros años. La que fue su casa es hoy uno de los museos más visitados de toda Austria y está en el corazón de la ciudad antigua. Es un museo bastante pequeño pero completo. A mi me resultó particularmente interesante mirar sus partituras y notar como el trazo pareciera absolutamente espontáneo, como si las hubiera escrito de manera rápida y natural, sin mayor esfuerzo. Muy interesante también es ver el árbol genealógico de la familia Mozart y como a pesar de que fueron varios hermanos y él tuvo seis hijos, hoy no hay descendientes vivos de su familia directa. Mozart es parte fundamental de Salzburgo, su nombre se ve en decenas de lugares, restaurantes, hoteles, souvenirs, platos de comida y un sin fin de  emprendimientos que buscan impresionar a partir de la fama del talentoso músico. 
                                                                                                 
                    Gasthof Goldgasse.                             
El museo se encuentra en el número 9 de la famosísima "Getreidegasse" (calle del grano) que es el corazón histórico de Salzburgo. Es una calle que hay que recorrer de principio a fin. Aquí nació la ciudad con su comercio y sus habitantes. Recorrer sus portales poniendo ojo especialmente en las ventanas y los característicos letreros en fierro es un paseo en el tiempo. Hay varios pasajes peatonales que comunican con calles aledañas, el más famoso es Schatz-Haus. Si bien muchas marcas modernas han llegado a instalarse aquí, todavía se conservan mayoritariamente los negocios locales que venden alimentos típicos de la zona y que por supuesto es un deleite visitar. En este sector probamos un restaurante absolutamente delicioso. Se trata de Gasthof Goldgasse que está dentro de un pequeño hotel a pasos de todo. Cálidamente atendido por gente con mucho oficio, el restaurant tiene una atmósfera muy local y comida típica austriaca, que es bastante parecida a la alemana. La experiencia fue perfecta, la comida deliciosa y los precios razonables. Sin duda uno de esos lugares a los que volvería de inmediato.  

Residenzplatz

                                    Residenzbrunnen                                      
El dicho dice que todos los caminos llevan a Roma, en Salzburgo, todos los caminos llevan a la Residenzplatz, la plaza más importante de la ciudad y el corazón del Domquartier. Para construirla en el siglo XVI hubo que botar mas de 55 casas medievales para dejar este gran espacio abierto que resalta la arquitectura de los importantes edificios que la rodean. Impacta el estado de limpieza y pulcritud, a ratos uno se siente en un estudio de Hollywood. La plaza esta rodeada por varios museos, destacan La Residencia y el Monasterio Benedictino de San Pedro. Según sus gustos revisar los tipos de entradas combinadas a los edificios del Domquartier.

                                               Alter Market.                                      

En el centro de la plaza se encuentra la Residenzbrunnen, la fuente de agua más grande de Salzburgo. Con sus impresionantes y enormes caballos decoran de manera perfecta el escenario. Su estilo barroco data del siglo XVII y su construcción demoró 5 años. En una de las esquinas de la plaza se ubica el famoso Alter Market, un antigua plaza rodeada de preciosos edificios barrocos que aun conserva dos locales con cientos de años de historia: la farmacia y el café Tomaselli, conocido por ser el preferido de Mozart. Aquí puede probar la famosa torta Sacher, típica de Salzburgo, o disfrutar de una rica cerveza austriaca contemplando el ambiente del lugar. 

                                        Domplazt con la Catedral de fondo.                            
En la esquina opuesta se accede por un pequeño pasillo a la Domplatz, la plaza de la Catedral en donde podrá ver la columna de la Virgen María construida en 1771. Si se pone frente a ella alejado algunos metros podrá ver como está en perfecto alineamiento con el eje central de la catedral de tal manera que los Angeles de la fachada parecieran estar coronando a la Virgen. Al visitar la Catedral poner los ojos en el cielo fijándose especialmente en la cúpula y los frescos del Antiguo testamento. La entrada es gratuita y solo se paga para subir al observatorio. Aquí se pueden ver las 7 impresionantes campanas que al sonar retumban en toda la ciudad. 
Como nosotros fuimos en verano europeo, época peak de eventos, mayoritariamente musicales, toda esta zona se transforma en escenario de conciertos y shows, por eso habían graderías y carpas que dificultaron bastante las fotos. Por este motivo no comparto foto de la Kapitelschwemme, una de las plazas mas lindas de la ciudad y en donde se tienen impactantes vistas de la fortaleza. En esta plaza se hace el famoso mercado navideño y se ubica la Stiftsbackerei (http://www.stiftsbaeckerei.at/) una panadería que tiene más de 700 años de antigüedad y que es patrimonio cultural de Salzburgo. 

                              Frieddhof von St Peter.                          

Uno de mis lugares favoritos de la ciudad fue el Frieddhof von St Peter que es una iglesia y cementerio en honor a San Pedro. Ubicada a los pies del monte Monchsberg, no es muy fácil llegar pero vale demasiado la pena el esfuerzo que implica si o si perderse en el laberinto de calles de esta parte de la ciudad. El cementerio es uno de los más antiguos del mundo, data de la época romana y su lápida más antigua es de 1288. Dentro de las curiosidades del lugar están sus catacumbas de origen paleocristiano y el hecho de que una de las hermanas de Mozart está enterrada aquí. El toque más lindo del cementerio se lo dan las flores que lo decoran descaradamente quitándole todo lo lúgubre que podría tener un lugar como este. La iglesia es chiquitita pero muy linda, oscura e intima, un lugar que invita a la oración y sobretodo al agradecimiento porque estar aquí es algo que conmueve el alma. 

Afueras de Salzburgo con los Alpes de fondo

                 Fortaleza vista desde el monte Monschsberg.              
Como la ciudad está a los pies de los Alpes hay muchos pequeños cerros que la rodean y que son el lugar perfecto para observar la ciudad y sus alrededores, especialmente a la hora de la puesta de sol, un paseo romántico y precioso. El principal por supuesto que es el Hohensalzburg, donde se encuentra la fortaleza. Inmediatamente al lado y unido por un sendero se encuentra el Monschsberg. A ambos cerros se puede subir a pie por diferentes entradas de fácil acceso y grata caminata de unos 20 minutos. También se puede subir en funicular, hay uno para cada cerro. Estando arriba las vistas son simplemente sublimes, no solo se ve toda la ciudad en su parte nueva y antigua sino que además por la parte trasera se ve el valle rodeado de los alpes y se puede ver hasta las montañas que limitan con Alemania. Un panorama precioso, lleno de senderos, bancos para descansar, un kiosko para tomar o comer algo y varios observatorios para disfrutar la vista. Panorama redondo.
En el lado de la ciudad nueva está el Kapuzinerberg, un cerro coronado por un monasterio capuchino al que no pude llegar, la subida era bastante exigente y aunque yo no tengo limite para subir cerros y disfrutar de las vistas, no viajo sola. Me tuve que conformar con subir hasta una plazoleta con observatorio que hay a mitad de camino y que entrega unas vistas increíbles de media altura de la ciudad vieja y de la fortaleza. Los expertos dicen que desde la cumbre se toman las mejores fotos de la ciudad a la hora de la puesta de sol. Tendré que volver para confirmarlo.


                         Die Weisse                     

La ciudad nueva tiene varios atractivos además del palacio Mirabell. Es un barrio moderno que respeta la arquitectura típica de la ciudad, con bastante comercio, una renovada estación de trenes y muy buenos restaurantes. Especialmente entretenida es la Linzer Gasse, un paseo peatonal que empieza frente al puente Staatbruke y se va encaramando por la ciudad llena de tiendas de todo tipo. En este sector está uno de esos restaurantes que son una verdadera experiencia en el viaje: el "Die Weisse" (https://www.dieweisse.at/de/). No solo ofrece comida típica austriaca deliciosa con decoración autóctona y sencilla de pueblo alpino si no que además, su gran tesoro está en la cerveza. El Die Weisse elabora su propia cerveza y es absolutamente deliciosa. Probamos la versión lager y una especial que solo hacen el verano que es un muy refrescante y liviana, un verdadero manjar. El lugar es grande y con varios ambientes, algunos muy familiares y otros bastante juveniles. Tienen a la venta vasos y otros souvenirs que por supuesto compré para recordar este momento glorioso. 

Rio Salz

Como en toda ciudad con un rio como protagonista, siempre es buena idea recorrer sus puentes y conocer algo de su historia. En Salzburgo no se encuentran puentes enormes con gran infraestructura sino más bien 13 sencillos puentes que conectan la historia con la actualidad. Destacan el puente Makartsteg que se ha hecho tristemente famoso por los enamorados que lo llenaron de candados y el Mozartsteg que hasta 1921 cobraba peaje por su uso. La caseta de pago sigue existiendo y hoy es la cafetería mas pequeña de la ciudad. Por supuesto que hay un paseo en bote que recorre 8km a lo largo del rio y cuyo puerto de embarque se encuentra en el Makartsteg.  

                                 Palacio Hellbrunn                                            

                     Glorieta La novicia rebelde             
Salzburgo da para dos días completos bien aprovechados, hay harto que ver, conocer, probar y disfrutar. Si va más tiempo o es muy eficiente y madrugador incluya una visita al precioso castillo Hellbrunn a las afueras de la ciudad. Esta fue la residencia veraniega de los príncipes de Salzburgo y su construcción data de 1615. Se puede llegar en bicicleta en unos 15 minutos, o bien 10 minutos en taxi. Si el entusiasmo es grande puede llegar en una hora de caminata. Con más de 400 años de antigüedad el palacio encanta a sus visitantes por su impresionante arquitectura renacentista y fabulosos jardines con fuentes de agua estilo manieristas, únicos en el mundo. En los jardines se encuentra la  glorieta en donde el Capitan Von Trapp se le declara a fraulein María. Antiguamente se podía entrar y bailar sobre la banca como lo hizo Liesl con Rolf al son de "You are sixteen". Lamentablemente los turistas respetan poco y bastó con que una turista se cayera y pretendiera demandar a la ciudad para que se cerrara y ahora solo se puede ver por fuera. Muy cerca está el zoológico local, por si va con niños.





No se puede ir de Salzburgo sin recorrer la ribera del rio Salz de noche, la ciudad se duerme muy temprano y el suave caudal del rio refleja todas las luces que cuidan su sueño. La fortaleza domina todo el panorama con su grandiosidad e imponencia. Permítase disfrutarlo con calma, al ritmo de "Edelweiss", recordando los tiempos en donde la vida era más lenta y quizás más feliz. Este romántico cierre del día es la manera perfecta de terminar un viaje encantador a una ciudad preciosa, chiquitita y fácil que le ha aportado a la historia cosas tan importantes como Mozart y La novicia rebelde. Espero puedan respetar mi fanatismo al ponerlos al mismo nivel.