viernes, 30 de marzo de 2018

No Worries: Sydney!



Hay tantas cosas que hacen de Sydney en un lugar espectacular. Les podría hablar de su asombrosa cultura, relajada, feliz y amable. O quizás sería mejor partir contándoles de su impresionante sistema de transporte interconectado, en donde micros, trenes y ferris funcionan con impecable ritmo para dar un servicio de absoluta excelencia. También podría partir contándoles de su infraestructura, porque Sydney es una ciudad pensada para que sus habitantes tengan la mejor calidad de vida. Pero creo que lo mejor es partir por lo que más define a la ciudad: su bahía.
Circular Quay
Toda la ciudad pareciera vivir en función del mar que por el irregular perfil de su costa forma múltiples bahías e innumerables playas a pocos kilómetros del centro de la ciudad. Conocer y vivir esta experiencia de bahía es parte esencial de un viaje a Sydney. La mejor manera de hacerlo es en los ferris que salen de Circular Quay, el corazón de la bahía principal. Decorado en un extremo por la mítica Opera House (www.sydneyoperahouse.com) y en el otro por el Sydney Harbour Bridge el lugar sin duda, es el epicentro de la ciudad. El movimiento que hay aquí no tiene equivalente. A los miles de residentes de la ciudad que conmutan en ferris entre las diferentes localidades cercanas y el centro hay que sumarle una enorme cantidad de turistas que se pasea entre las diferentes atracciones. Además, en temporada de verano, es habitual ver diariamente un crucero con todo el movimiento de gente que eso implica.

Opera House
Hay mucho que ver en esta zona. Prepárese para pasar aquí un día completo. Probablemente lo más lógico es empezar por el Opera House. Al menos yo estaba ansiosa de conocer este icónico edificio que demoró más de 14 años en construirse. Postal inevitable de cualquier álbum sobre Sydney. Su forma solo habla del mar, conchas, velas u olas, la composición es perfecta. Hay tours cada una hora para conocer los rincones y su historia. En el lugar hay 6 salas que están constantemente abiertas al público con funciones de diversas expresiones artísticas. Le recomiendo visitar la pagina web para buscar algo de su agrado. No deje de pasearse por los bares que hay en el subsuelo, si el clima está bueno, se repletan de gente y el ambiente es muy entretenido y diverso. La vista a la bahía es simplemente única. Como toda gran ciudad, tiene un atractivo especial de noche, no deje de visitarla después de la puesta de sol.

Atravesando la zona de los ferrys se llega a The Rocks, el barrio más antiguo de Sydney. Aquí nació la ciudad y se nota. Sus calles estrechas, con recovecos y rincones escondidos hacen del lugar un espacio muy atractivo para pasear. El Museo de arte contemporáneo es uno de los principales atractivos de la zona por su muestra de arte ultra moderno. Imperdible el café del piso 4 que le mostrará unas vistas impresionantes al Harbour Bridge. Se puede visitar Cadman´s Cottage, que es una de las casas más antiguas de la ciudad y se conserva intacta.
Harbour Bridge - Bridge Climb
Los sábados y domingos se instala el Rocks Market, atractivo mercado con venta de la más inimaginable variedad de productos. Se ubica en la calle George, que es la principal de este barrio. Para pasar el hambre les recomiendo el Ribs and Burgers, (https://ribsandburgers.com/au/), rápido, rico y en el corazón de The Rocks. Al terminar puede ir a disfrutar de las vistas del puente y si es muy valiente quizás se anima a escalarlo (www.bridgeclimb.com), yo tendría que nacer de nuevo, aunque no niego que debe ser una experiencia inolvidable.
Al dejar The Rocks puede ir a visitar la Customs House (www.sydneycustomshouse.com) en circular Quay o bien ir al centro que empieza ahí mismo. Igual que todo downtown de ciudad grande, este barrio alberga una enorme cantidad de oficinas, especialmente financieras. Subiendo por la calle Pitt hasta Park St atravesará toda la zona de compras. Destaca el mall en el edificio Queen Victoria (www.qvb.com.au) y el Westfield (www.westfield.com.au). El movimiento en esta zona es de total frenesí después de almuerzo pero ya a las 5 de la tarde el ritmo baja de manera notoria porque las tiendas cierran muy temprano. Es difícil ver algo abierto después de las 6. Aquí puede aprovechar de subir a la Torre de Sydney (www.sydneytowereye.com.au) el punto más alto de la ciudad que le entregará una inolvidable vista completa de la ciudad.
Catedral de St. Mary
Si le alcanza el tiempo puede ir a conocer Catedral de St. Mary y atravesando su vecino parque Pavillion se puede acceder al Jardín Botánico. Un lugar precioso y enorme en donde no solo se ven flores y plantas sino que también alberga la Government House (https://www.governor.nsw.gov.au/government-house/visit-us/visitor-information/) y el conservatorio de música. Ambos edificios están abiertos al público pero la recomendación es siempre revisar los horarios con anticipación porque en Australia todo cierra temprano. Sin duda el punto mas famoso del parque es la Mrs Macquarie's Chair. Una silla de piedra, tallada a mano en 1811 por convictos para la mujer del gobernador. Honestamente, la silla en si no tiene gran atractivo, pero desde aquí salen las mejores fotos del viaje, ya que se logra captar el Opera House y el Harbour Bridge en una sola imagen. Juzgue usted:


La hora más popular es la puesta de sol en donde el colorido del cielo es el marco perfecto para la foto. Desde aquí se entiende bien porque la mejor forma de conocer y entender Sydney es en Ferry. Es impresionante la innumerable cantidad de bahías que se forman en sus recovecos y aunque le parezca increíble, de vez en cuando se ven en sus aguas ballenas, delfines y las más de 600 especies marinas que lo habitan. Mi recomendación es tomar un día un ferry cualquiera y lanzarse a conocer los lugares cercanos.

Double Bay
A nosotros nos tocó Rose Bay (lo hicimos literalmente a la suerte), un barrio precioso separado de Sydney solo por 10 minutos en ferry. Caminando algunas cuadras y atravesando el precioso Nielsen Park se llega a la que para muchos es la playa más bonita de la ciudad: Shark Beach. No creo necesario explicar el porque del nombre, pero le cuento que la playa está protegida con una malla por si algún pescado con triple dentadura se tienta en visitar a los bañistas. En la tarde, puede caminar en dirección opuesta hacia Double Bay y se encontrará con un barrio más elegante, lleno de tienditas y cafés, muy atractivo a la hora de la puesta de sol. Hay varios restaurantes entretenidos y después puede volver a Circular Quay en ferry, taxi o uber que es legal en Australia y funciona a la perfección.
Otra de las bahías imperdibles es la del zoológico de Taronga (www.taronga.org.au). Emplazado en una loma tiene una preciosa muestra de animales en donde destacan los koalas y las jirafas. En la entrada puede comprar tickets para alimentarlos, de lo contrario los verá un poco más de lejos. Se puede llegar aquí por la calle o por el mar (ferry) y ambos accesos están comunicados por un teleférico gratis que puede usar como paseo o como medio de transporte. Uno de los atributos del zoológico es la vista que se obtiene de la ciudad, en cada momento está como telón de fondo de los animales. Imperdible también es la muestra de pingüinos, con una impresionante infraestructura que permite apreciar estos preciosos animales en su ambiente. Hay una zona especialmente pensada para niños, con animales de granja que ellos pueden tocar y conocer. Muy cerca de esta zona está el área de los canguros que están totalmente sueltos, confieso que rogué para que no fueran violentos. Ni si quiera nos miraron. A la vuelta, si va a la ciudad, siempre recomiendo privilegiar el ferry que es un paseo en si mismo con preciosas vistas a las diferentes bahías.
Coogee Beach

Clovelly Beach
Para mi, el mejor panorama de la ciudad es recorrer a pie su Coastal Walk. Un paseo que recorre las más entretenidas y onderas playas de la zona, desde Coogee hasta Bondi (o viceversa). En un tramo de 6km de sendero se visitan 5 playas y una bahía. Todas totalmente distintas, cada una con su encanto particular. En todas encontrará alternativas para comer o tomar algo en el camino.
La idea es ir parando en cada playa a disfrutar de la vista y la onda. Algunas más familiares, otras más onderas. El sendero que las comunica está bien señalizado, con estaciones para rellenar botellas de agua en cada kilómetro. Recuerde que en Australia se camina como se maneja, es decir, por la izquierda. En todas las playas verá piscinas, algunas naturales como la de Coogee y otras artificiales como la de Clovelly. Si le entretiene hacer snorkeling, lleve su equipamiento porque en Gordons Bay se puede observar la fauna marina con tranquilidad y en un escenario perfecto. Simplemente deje sus cosas en una roca y se tira al agua a disfrutar. Así de fácil y relajado es Australia.
Gordons Bay

El año 2016 la zona fue afectada por una gran tormenta que dejó enormes daños. Por eso entre Clovelly y Bronte hay una zona cerrada por reparaciones y un camino alternativo que atraviesa por la mitad el cementerio de Waverly. La escena es surrealista. Cientos de bañistas, surfistas y deportistas atravesando entre las tumbas del siglo XIX. Creo que el cambio temporal a la ruta le agrega valor.

Bronte Beach
Hay que elegir un buen lugar donde almorzar y nosotros lo hicimos en Bronte. Una playa de tamaño mediano, con una piscina natural y un enorme parque trasero con lugar para hacer picnic o asados. Muchas de estas playas tienen parrillas para uso publico. En todas hay baños impecables y siempre se ve mucha seguridad. Hay más salvavidas que gaviotas. A pocos pasos de la playa hay una buena cantidad de cafés para almorzar o tomar algo.
En todas las playas los animales están prohibidos y la gente respeta la norma. Por eso hay un lugar especial para llevarlos en la Coastal Walk. Pasando la playa de Tamarama (la más linda a mi gusto) hay unos pozones naturales que se forman entre las rocas y los perros disfrutan a destajo. Es una maravilla ver el espectáculo de animales y sus amos gozando de un día de playa. Respeto y espacio para todos.
Perros en un dia de playa

Icebergs Club en Bondi
El paseo termina en la playa más famosa y conocida de Sydney: la fantástica Bondi Beach. Epicentro del surf, la vida social y por lejos la más turística de la zona. Es también la más grande y visitada. El gran punto a favor es Icebergs (www.icebergs.com.au), un club con restaurant, sauna y piscina abierto a todo público por un costo diario bastante bajo. La piscina no solo tiene una de las mejores vistas a Bondi sino que está emplazada sobre las rocas y se llena con agua de mar de manera bastante teatral y dramática. Una experiencia distinta y muy australiana. Imperdible.

No se puede dejar la ciudad sin visitar uno de sus grandes atractivos turísticos: el acuario (www.sydneyaquarium.com.au). Está ubicado en Darling Habour, otro de los muelles turísticos en el centro de la ciudad. El acuario está especialmente orientado a los niños, con exposiciones explicativas, muchas experiencias interactivas y un staff de 200 personas que trabajan para hacer de su visita algo inolvidable. No pague por alimentar tiburones, es un panorama bastante regular. Para adultos y niños el punto inolvidable son los 4 túneles para ver tiburones y mantarrayas, entre otros animales marinos. En ellos uno se ve envuelto por los más impresionantes especímenes que nadan alrededor. Al terminar no se pierda una visita al cercano Jardín Chino de la Amistad. Un verdadero oasis dentro del frenético movimiento de esta parte de la ciudad.
Todos estos panoramas se pueden hacer aprovechando el eficiente sistema de transporte público de la ciudad. Al llegar compre su tarjeta Opal y baje la aplicación en el teléfono. Podrá planear rutas, combinar buses, trenes y ferrys y también cargar fácilmente la tarjeta desde la aplicación. No es barato, pero es ultra eficiente y útil.
Con el fin de no alargarme mucho, dejaré para un próximo posteo la playa de Manly, que es un mundo a parte dentro de la ciudad de Sydney y que merece detallada atención a sus atractivos y panoramas.

¡Cross check y reportar!





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