miércoles, 7 de septiembre de 2022

Atravesando la cortina de hierro: Budapest



     
Iglesia de Matias     
En Budapest para mi el viaje fue de menos a más. Convengamos que la vara estaba altísima porque veníamos absolutamente enamorados de Viena y nos costó dejarla. El cambio es bien notorio y evidente. El viaje lo hicimos en tren y en la primera estación después de la frontera cambia la tripulación, se van los amables y sonrientes austriacos y llegan los húngaros muy serios, con mínimo o nulo manejo del inglés y escasas sonrisas. Para colmo al llegar a Budapest una fila de taxistas trató de estafarnos cobrándonos 10 veces más de lo justo por el traslado al hotel. Asi fue como nuestra primera impresión de Hungría no fue la mejor pero cambió rápido. La ciudad comienza a cautivar a poco andar, envolviendo al visitante con su impresionante arquitectura, grandiosidad y ese aire distinto de un país que ha vivido y sobrevivido al otro lado de la cortina de hierro. Con 4.5 millones de turistas al año esta no es una ciudad inundada por ellos y se puede disfrutar tranquilamente de extensas caminatas con impactantes vistas que terminan robándole el corazón a cualquiera. Con el río Danubio como absoluto protagonista, la ciudad cautiva no solo por su forma sino por su fondo, un pueblo que ha vivido, sobrevivido y sufrido los horrores de la guerra y sigue en pie orgulloso de su historia y de su cultura. 
                        Puente de la libertad                           
Budapest es conocida como la perla del Danubio, rio que divide la ciudad en dos partes, la de Buda y la de Pest. La historia de la ciudad nos lleva al siglo I AC con un asentamiento celta en este lugar. Varios cientos de años después los romanos dividen la ciudad en las dos partes de Buda y Pest. Recién en el año 1000 DC nace Hungría. Su historia esta plagada de invasiones, coronaciones, triunfos y derrotas. Romanos, Mongoles y turcos tuvieron aventuras en estas tierras hasta que los Habsburgo los derrotaron incorporando a Hungría al imperio austriaco creando el prospero y floreciente imperio Austro - Húngaro. Esta fue una época particularmente fructífera en muchos aspectos, especialmente en el religioso y cultural. Si bien la ciudad es una buena mezcla de toda su historia, es durante este periodo que se construyen los edificios más imponentes y emblemáticos. Durante la segunda guerra la ciudad fue bombardeada con alevosía y cayó bajo dominio soviético. Recién en 1989 se libera del comunismo y el 2004 ingresa a la Union Europea. En términos históricos esto es algo "reciente" y se nota; la historia se siente viva y vigente, da la sensación de un país que está evolucionando y creciendo. Budapest traspasa en cada uno de sus rincones todos estos importantes hechos históricos, la huella de su pasado está claramente marcada en sus edificios, sus puentes y calles pero sobretodo en su cultura y su gente, algo cerrada, como si desconfiaran del visitante.  

Basilica San Esteban

          Alrededores de la Basílica San Esteban                  
Empecemos por el lado de Pest, aquí esta gran parte de la vida hotelera, laboral y estatal de la ciudad, hay bastante más desarrollo comercial y movimiento en general. Nosotros quisimos partir dando gracias y por eso nuestra primera parada fue la Basílica San Esteban, una enorme iglesia católica con capacidad para casi 9.000 personas. De estilo neoclásico impresionan sus columnas interiores, su precioso e imponente altar y su magnifica cúpula, todo muy estéticamente balanceado. La iglesia fue construida a partir de 1851 en honor al primer rey de Hungría, San Esteban. En su interior se guarda la mano derecha del rey que se puede ver en una pequeña caja de vidrio lo que es algo curioso, por decir lo menos. La basílica posee la campana más grande de toda Hungría y se puede apreciar subiendo en ascensor por la torre sur. Arriba hay una gran vista panorámica a toda la ciudad, ideal para ubicarse y deleitarse sacando fotos. La basílica se encuentra un barrio elegante, lleno de restaurantes y algo de comercio, muy entretenido para pasear. Recomendable recorrer la calle peatonal Zrynyi y quizás parar a almorzar o por una cerveza en alguno de las decenas de restaurantes que hay en este sector.
                        Estatua del policia gordo                   

En Budapest cuesta bajar los ojos a nivel del suelo porque la belleza de los edificios y su impecable estado lo tiene a uno todo el tiempo mirando para arriba. Especialmente bonitas me resultaron las cornisas y las decoraciones de las ventanas en prácticamente todos los edificios de la ciudad. En la calle Zrynyi se encuentra la famosa escultura del Policía gordo. El mito urbano tiene dos variantes, la primera dice que si le tocan el estómago concede un deseo y la segunda dice que si lo haces vuelves a Budapest. No soy supersticiosa pero bueno, que mal puede hacer tocarle la guatita a una escultura. En este barrio se encuentran todos los hoteles 5 estrellas de la ciudad cuyos precios son bastante accesibles y su servicio espectacular. Se puede ir recorriendo las calles de manera instintiva para darse una buena idea de Budapest y empaparse de su onda. Cualquiera sea el camino muy probablemente llegará igual a la Plaza Elizabeth (Erzebet en húngaro) que es un punto neurálgico y bien entretenido. Aquí hay un enorme carrusel que entrega otra gran vista completa de la ciudad.

                                      Mercado Central                                         

Aquí empieza el barrio con más movimiento, especialmente el comercial. La famosa calle Vacy Utca lo llevará a lo largo de un paseo peatonal muy entretenido, pasando por la Plaza Vorosmarty en donde está la famosísima pastelería Gerbeaud, conocida por ser la mejor de Budapest. Hay muchas tiendas, gran movimiento y actividad. La calle termina en el preciosísimo edificio del mercado central que vale la pena recorrer, especialmente por el exterior neogótico que no aburre. El interior es ordenado y muy limpio pero llama la atención la nula oferta gastronómica, la cual hay que buscar en las calles aledañas que son de gran atractivo también. 
                        Puente de la libertad                              
A pocos metros se encuentra el puente de la libertad, el más corto de los tres puentes permanentes que unen Buda con Pest. Fue inaugurado en 1896 y cruzarlo caminando es uno de esos paseos inolvidables en donde el viento roza la cara mientras el Danubio toca el corazón. Desde aquí podrá ver probablemente por primera vez el impresionante y famoso edificio del parlamento Húngaro que está rio arriba también en Pest. Las fotos se dan solas en todas las direcciones y en todos los horarios porque en la medida que cae la tarde y aparecen las luces la ciudad toma otro tono que se vuelve irresistible para quienes disfrutamos de la fotografía. La ciudad es tranquila y se puede circular por los barrios centrales a toda hora con absoluta sensación de seguridad.  
Parlamento de Hungría

                            Zapatos en el Danubio - Parlamento                    
Sin duda el edificio más emblemático de Budapest es el del parlamento. Vale mucho la pena hacer la visita guiada, averigue con tiempo los horarios porque cierra temprano y es una pena perdérselo. El edificio se encuentra en Pest a orillas del Danubio y es absolutamente impactante por donde se le mire. Está rodeado de grandes e imponentes edificios que albergan museos y ministerios. De estilo neogótico fue terminado los primeros años del siglo XX e inmediatamente se transformó en el más grande de Hungría siendo además el segundo parlamento más grande del mundo. Entre sus curiosidades está el hecho de que su arquitecto perdió la vista poco antes de su inauguración por lo que nunca pudo ver su magnifica obra 100% terminada. No se pierda la tienda del museo que tiene muy bonitos souvenirs.
                                     Zapatos en el Danubio                                  
En la orilla del Danubio frente al parlamento hay un precioso paseo peatonal en donde está una de los monumentos más potentes que he visto en mi vida. Se trata de "Zapatos en el Danubio" del director Can Togay y el escultor Gyula Pauer. La obra es en honor a los judíos que durante la segunda guerra mundial fueron amarrados en parejas y mientras a uno de ellos le disparaban de muerte ambos eran lanzados al rio sin posibilidad de salir a flote. Los zapatos son un simple pero impactante recuerdo del horror del Holocausto y de la huella que dejó no solo en toda Europa sino en gran parte del mundo.  Cautivante lugar para tomar un descanso, reflexionar y sacar fotos.  

                               Puente de las cadenas - Danubio                       
A un par de cuadras está otro de los 3 puentes de la ciudad, probablemente el más lindo. Se trata del Puente de las cadenas. Construido a mediados del siglo XIX fue destruido por completo por los alemanes al retirarse de la ciudad hacia fines de la segunda guerra. Fue reconstruido idéntico al original y durante mi viaje estaba siendo restaurado por lo que no solo no pude atravesarlo sino que tampoco apreciar de cerca su curiosa forma de engranaje de cadena de donde obtiene su nombre. Las obras estarán terminadas en algún momento del 2023. Téngalo en cuenta porque como no son muchos los puentes, cruzar al otro lado puede implicar una buena caminata. Hay un ferry que opera de manera regular y con horarios establecidos durante el día, es una bonita y rápida manera de cruzar y sacar fotos panorámicas. Lamentablemente no funciona de noche. 

Sinagoga Dohany

                           Sinagoga Dohany                      
Sin duda uno de los atractivos más grandes de la ciudad es su barrio judío. La comunidad tiene una larga historia en Hungría, siendo a principios del siglo XX un 5% de la población total del país y un 23% de la población de Budapest. Durante la Segunda Guerra Mundial los nazis asesinaron a mas de 600.000 judíos húngaros que representaban al 60% de la población judía en Hungría.  Si bien la deportación hacia campos de concentración empezó bastante tarde en 1944, antes de eso los nazis obligaron a los judíos a permanecer encerrados en su barrio formando asi un gueto completamente aislado, sin servicios básicos, alimentación, ni acceso a salud. No hay palabras para describir el horror a este nivel. En el barrio hay varios homenajes a esos mártires pero el lugar neurálgico es la Sinagoga Dohany que es la más grande de Europa y la segunda más grande del mundo. Cuesta describir en palabras la experiencia que se vive aquí porque esta no es solo una sinagoga, es también un museo o más bien varios museos sobre la historia de los judíos húngaros asesinados en el holocausto y también es un monumento en memoria de ellos. Partiendo por lo más exterior les puedo decir que la sinagoga es monumental, no solo en sus dimensiones sino que en su decoración, distribución, en su elegancia y también en lo bien preparados que están para recibir visitas. Hay tours gratuitos en varios idiomas y sobretodo un genuino interés por dar a conocer su cultura, su fe y su historia. Es realmente conmovedor. 
                               Lápidas en la Sinagoga Doheny                          
En los jardines llama la atención las decenas de lápidas que lo transforman en un cementerio. Aquí yacen los restos de algunos de los que no lograron sobrevivir al gueto y que fueron dejados en las calles sin ningún tipo de sepultura. Las terribles cifras que dejó el holocausto en Budapest están expresadas de varias formas en este lugar. Vale la pena recorrerlo con calma, respeto y mucha atención. No deje de visitar también el templo de los héroes que fue levantado para recordar a los mártires judíos de la primera guerra mundial. Hay algunas exposiciones temporales y otras permanentes que vale la pena mirar según el tiempo del que disponga.

                                            Arbol de la vida                                    
El Arbol conmemorativo es una de las manifestaciones artísticas más impresionantes que he visto sobre el tema. Cada una de sus hojas tiene grabado el nombre de un judío húngaro muerto en el holocausto. Pararse frente a él es brutal, conmovedor y tan profundamente triste que resulta imposible no salir perplejo. 
Vale la pena recorrer todo el barrio, ver sus calles y plazas, algunos grafitis y esculturas que recuerdan este macabro hecho de nuestra historia. En este sector no todo es duelo, hay también muchos ruin bars que son bares tipo pubs que se han instalado en los últimos años en edificios abandonados en estado de ruinas desde la guerra y han transformando el espacio en lugares sencillos pero ingeniosos y con mucha onda. Los más conocidos son el Durer Kent, el Mazel Tov y el Szimpla Kert.
                                  New York Café                             
 En mi opinión una ciudad realmente atractiva combina vanguardia con respeto por lo clásico y asi como el barrio judío es cuna de los bares más novedosos de la ciudad también es el lugar en donde esta el café más lindo y clásico del mundo. No lo digo yo, lo dicen los expertos, el New York Cafe, en el hotel New York Palace, es famoso por su belleza y elegancia. Pasamos con la idea de tomar un aperitivo pero su música en vivo y maravillosa decoración nos hicieron quedarnos a almorzar. Comida rica y atención regular;   sin duda lo que más vale la pena es el ambiente y la majestuosa decoración. Uno se siente en una película, como si en cualquier momento Humphrey Bogart fuera a cruzar la puerta de acceso. Al terminar se puede caminar hacia la Opera Nacional de Hungría que ostenta un edificio de estilo neoclásico pequeño pero imponente. Muy entretenida es el paseo por la avenida Adrassy, llena de grandes palacios y muchas tiendas elegantes. La mayoría de estas impresionantes edificaciones datan de los tiempos en los que Budapest fue, junto con Viena, capital del poderoso imperio Austro - Húngaro. Tiempos de opulencia y grandiosidad de cuya arquitectura podemos seguir disfrutando y admirando. 
                         Menza Etterem                                
Hay también muchos buenos restaurantes en este sector y me atrevo a recomendar el Menza Etterem (https://www.menzaetterem.hu/) con comida típica húngara y una atención de primer nivel. El goulash es increíble y muy sabroso pero no es ni de cerca el único plato, hay otras preparaciones típicas que vale la pena probar como el pato que estaba superlativo. 
Todavía en el lado de Pest vale la pena conocer el parque Varosliget que es el más grande de la ciudad. Recorrer con calma visitando el castillo Vajdahunyad y mirando la impresionante estatua Anonymus en honor al escritor desconocido. En el acceso principal al parque esta la Plaza de los Héroes, en que se honra a las 7 tribus magiares que fundaron Hungría. Este impresionante monumento fue construido en conmemoración de los 1.000 años de la nación. La construcción de este y otros monumentos importantes se dio durante las ultimas décadas del imperio, con lo que la grandiosidad fue la tónica de todo lo que se hizo. La plaza fue declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO en el 2002

Budapest desde la Colina Gellert

                                Iglesia Rupestre                                                 
¡Y nos vamos a Buda! ¿como? Caminado, ¡obvio!. Nada más rico que aplanar las ciudades conociendo lo más posible, empapándose de su ambiente, cultura y gente. Caminar siempre será la primera opción para mi y puedo llevar esto a extremos que hagan sufrir a quienes me acompañan. Con el puente de las cadenas en restauración lo más fácil es atravesar caminando el puente de la Libertad. Al llegar al otro extremo se encontrará con la Iglesia Rupestre que está construida sobre roca excavada en la colina de Gellert. Esta iglesia está inspirada en el Santuario de Lourdes y lamentablemente estaba cerrada cuando fuimos. Todo se veía en un estado de lamentable abandono pero verla por fuera ya es muy impresionante. La colina se puede subir caminando y también hay teleférico, este barrio es bien distinto a lo que se ve al frente y vale bastante la pena dedicarle un buen tiempo. En la cima se encuentra la Citadella, la zona más alta de la ciudad con impresionantes vistas y muchos miradores para disfrutar. El camino es exigente pero muy bonito con varias plazas y lugares para detenerse a sacar fotos o recuperar el aire. Lleve agua y mucha energía. En la fortaleza hay un bunker de 3 niveles de la segunda guerra mundial que no pudimos visitar porque estaba siendo restaurado.
 
                                       Castillo de Buda                                           
Al lado de la colina de Gellert está el majestuoso castillo de Buda en la colina del mismo nombre. La caminata es fácil, incluso para niños. El castillo fue un palacio real construido en el siglo XIV y destruido durante la WWII. Reconstruido con estilo neoclásico hoy alberga varios museos en donde destacan la Galería Nacional Húngara, el museo de Historia y la Biblioteca de Szechenyi. Aprovechar de apreciar la magnifica vista que se ve de Pest desde el alto de la colina. Por un tema de tiempo nosotros solo vimos todo esto por fuera disfrutando de la arquitectura y las varias esculturas que adornan el lugar que es muy impresionante. Para verlo todo en detalle se requiere de invertir el día completo en el castillo, es una decisión que hay que pensar bien, siempre se sacrifica algo y aquí optamos por recorrer el barrio que tiene muchos atractivos. 
Bastión de los pescadores

                       Iglesia de Matias                            
Sin dudarlo un segundo la zona que más me gustó en esta parte de la ciudad fue la del Bastión de los pescadores en donde está la Iglesia de Matías. Ubicada en la colina de Buda este monumento/mirador fue construido a finales del siglo XIX. De estilo neorománico el monumento cuenta con 7 torres que representan las 7 tribus fundadoras de Hungría. Las torres están unidas por diversos pasillos y escaleras con una longitud de 140 metros que corre paralela al Danubio. Su nombre se debe a que fueron los pescadores los responsables de defender la ciudad durante la edad media. Desde aquí se obtienen las mejores vistas de Pest, especialmente las del parlamento. Ideal venir a la hora del atardecer porque con la puesta de sol el escenario se vuelve absolutamente magnífico y las luces del parlamento iluminan las fotos de manera preciosa.
En la plaza de acceso hay una impresionante escultura a el rey Esteban I que fue el primer rey de Hungría.  Al frente, a unos pocos metros, está la impactante iglesia de Matias, la iglesia católica más importante de la ciudad y en donde se coronaron la mayoría de los reyes húngaros. Con estilo neogótico la iglesia es tan bonita por fuera como sorprendente por dentro. Revise bien los horarios porque cierra temprano, esta no es una ciudad que se rinda ante los turistas. 
        Alrededores del Bastión de los Pescadores         
Además del enorme atractivo que tienen estos monumentos el barrio ofrece mucha entretención, en un ambiente más tranquilo y casi de pueblo, hay varios restaurantes y cafés que entregan una animada vida a toda hora. Las pequeñas callecitas tienen una onda bien europea alejada del tono soviético que se siente en otros barrios de la ciudad. Un aire de ocio y relajo sin culpa en donde las parejas pasean de la mano, los niños corren jugando y se nota mucha vida familiar. Hay bastante que hacer, museos, galerías, parques y la mejor vista de la ciudad. Sin duda es un barrio para dedicarle toda la tarde. Si bien hay un par de hoteles en la zona yo no recomiendo alojar aquí porque a pesar del atractivo que ofrece está algo alejado de la mayoría de las atracciones de la ciudad. Si bien se puede subir y bajar con bastante rapidez, el cierre del puente de las cadenas hace que llegar hasta aquí desde Pest sea bastante más lento que lo habitual. No se olvide que los taxis no son del todo confiables, yo recomiendo solo tomar los de los hoteles y con la tarifa clara desde el inicio. 
Balneario de Szechenyi

                                   Parque Memento                                               
Mucho me recomendaron visitar los famosos balnearios en Budapest. Debo confesar que no tuve tiempo y quedaron fuera de mi selección pero no deja de ser curioso como estos lugares con aguas termales se han vuelto un símbolo de la ciudad al nivel de haber sido reconocida en 1934 como "la ciudad de los balnearios", lo que ha ayudado a conservar sus mas de 100 manantiales de aguas termales. Los servicios que ofrecen son variados y los espacios enormes. Los más conocidos son el de Szechenvi, Gellert y el de Rudas. Este no es panorama para hacer por un rato corto y por eso lo dejamos fuera pero sin duda si hay tiempo vale la pena conocer estos lugares tan atractivos e históricos. Ahora si lo que a usted más le atrae es el pasado soviético de la ciudad puede visitar el parque Memento que reúne varias estatuas del antiguo régimen comunista húngaro, está algo alejado de la ciudad pero si hay tiempo sin duda es un lugar interesante de conocer. 
Y asi el viaje va llegando a su fin, uno recorre las calles de Budapest despidiéndose de esta ciudad que enamora y cuesta dejar. Llena de mística, historia, tiempos pasados revueltos pero también elegantes, de reyes e imperios, de majestuosidad y ostentación. Con el Danubio como principal testigo de estos hechos la ciudad muestra sus rastros en cada rincón. Si bien cuesta un poco acostumbrarse al carácter algo seco y duro de los húngaros, su arquitectura, cultura y especialmente su comida conquistan el corazón del visitante mas exigente.