martes, 27 de junio de 2017

NYC Siempre Increible


¡No me aguanté! Esa es la verdad.  Fue tanto lo que escribí de NY que tuve que volver y no me arrepiento ni un segundo.  Fue un viaje flash pero aprovechado al máximo. Siempre entretenido, sorprendente e increíble, Nueva York estaba mejor que nunca.  Atrás quedan los momentos de la economía débil; se ve una ciudad bullante, llena de renovaciones, construcciones y como siempre, repleta de turistas.


Chef's Club
En este posteo les quiero contar de los lugares que sugerí en mis artículos anteriores y que yo no conocía.  Fui a varios y creo que cada uno de ellos merece destacarse.  Como comida, en mi opinión lo mejor fue el Chefs Club.  Sus dueños son todos chef que han diseñado una carta variada en un antiguo edifico del Soho que está remodelado conservando su estilo original. Nos recibe un buen bar con rico Cosmopolitan.  La cocina abierta muestra todo el despliegue de su personal. Tuvimos mucha suerte, nos tocó un famoso chef cocinando ese día. Adicional a la carta habitual había un menú entero preparado por él. Un rockstar.  La gente le pedía autógrafos y fotos. Nosotros probamos el ceviche de su menú, delicioso, nada parecido al habitual ceviche que se come en Chile.  De plato de fondo una carne con muchos sabores que no reconocí pero que eran soberbios.  De verdad nunca comí tan rico! La atención un siete.  De precio, como era de esperarse, carito, pero vale cada peso.

Vandal
Segundo lugar el Vandal.  Este lugar sí que la lleva. Está a unas cuadras al este del Soho en un barrio que no pinta para nada pero el lugar está repleto. Con varios ambientes, todos decorados con onda callejera pero MUY elegante, el Vandal es donde hay que estar.  En general la gente muy elegante y preocupada por la pinta, se nota que Vandal no es cualquier lugar.  Yo recomiendo preocuparse y ponerse lindo para no sentirse desubicado.  Teníamos reserva a las 10 y nos dieron la mesa 45 minutos tarde, el punto negro del lugar, demasiada gente. 



Tartaro del Vandal

Esperamos en el bar que está atiborrado de gente pero con excelente servicio.  Otro cosmopolitan impresionante.  Al llegar a la mesa la experiencia sigue mejorando.  La decoración es demasiado entretenida, llena de grafitis, con excelente iluminación. Nos atendieron demasiado bien. Un mozo eficiente, amable y con mucha información porque no es un restaurant tradicional.  La idea aquí es comida callejera pero engalanada.  Partimos con un tártaro sobre un pretzel, una delicia de otro planeta.  Los platos de fondo espectaculares, novedosos, y con mezclas de sabores únicos.  Del postre ni les digo, el chocolate llevado a la perfección. Se podrán imaginar que no es un lugar barato, pero igual que Chefs Club, vale cada peso.  La música está todo el tiempo sonando fuerte, no es fácil conversar pero no molesta porque es una excelente y variada selección de música animada.  ¡Imperdible!



Cumpliendo con la tarea de probar, almorzamos en el nuevo Le Pain Quotidien de Central Park.  Como tuvimos la suerte de coincidir ese domingo (siempre dejamos este día para visitar el parque) con la Gay Parade (un verdadero espectáculo que se toma la ciudad) llegamos a almorzar tarde.  Quizás por eso el lugar no estaba repleto y encontramos mesa al tiro.


Maravillosamente ubicado al lado del Sheep Meadow, el lugar tiene una vista perfecta a la "playa" del parque.  Pura gente tendida en traje de baño, tomando sol, descansando, jugando, igual que estar en la playa.  Como era esperable, el menú es sencillo, todo muy liviano y orgánico. Ideal para matar el hambre, recuperar energía y no quedar agotado de tanta grasa.  Confieso que igual nos dormimos una siestecita en el pasto después.  Lo mejor del día.  Este restaurant es 80% ubicación y una excelente alternativa para almorzar en el parque. Lo malo, solo dos alternativas de cerveza. Un pecado.

Por último, de lo nuevo y recomendado en el blog probamos Little Prince, un ínfimo restaurant francés en el Soho.  Estaba repleto pero teníamos reserva (San Open Table, siempre salva).  Tengo que confesar que me afectó un poco haber quedado al sol un día con 31 grados de temperatura y el hecho que no hubiera habido cervezas gringas (Sí, me encantan las cervezas gringas) pero me comí una hamburguesa afrancesada, en un pan delicioso, nada que ver con las típicas hamburguesas gringas.  Mucho queso, mucho sabor. Un siete. Al debe queda la atención algo a la rápida con dos mozos poco amables.

Siempre es bueno probar algo nuevo y por recomendación de último minuto de un amigo terminamos comiendo en Chelsea en un lugar que se llama Catch.  Es un edificio frente al Hotel Gansevort que en el segundo piso tiene un restaurant y el en el cuarto (y último) un bar.  Fuimos al restaurant en donde me tomé el mejor cosmopolitan del viaje, en realidad fueron dos, es que eran demasiado buenos.  La comida rica, bien rica, pero no al nivel soberbio. Tener en cuenta que la especialidad son los pescados y mariscos y yo no como ninguno de los dos.  Lo mejor de este lugar es el ambiente, muy entretenido y vibrante aunque me llamó la atención lo tempraneros, Tipo 12 nos trajeron la cuenta y cuando subimos al bar ya estaba cerrado. Era domingo, quizás fue por eso.  Buen lugar en Chelsea que sigue tan entretenido como siempre. 
Los clásicos son clásicos por algo y yo respeto eso. Esta vez nos repetimos dos.  El primero, mi preferido, un lugar único y maravilloso con varias ubicaciones en Manhattan. A nosotros nos gusta la original, 55st y 3rd Av:  PJ Clarke's. Aunque el menú es variado yo no puedo evitar comer la mejor hamburguesa de Manhattan con las mejores papas fritas del mundo.  Lo emocionante fue comer aquí con mi ahijado, al que veo poco porque vive en Miami y con quien coincidimos en Manhattan.  ¿Les cuento algo increíble? Mientras nos fundíamos en un abrazo saludándonos nos pusieron "New York" de Frank Sinatra, canción preferida de mi papá.  Yo soy escéptica de muchas cosas pero tengo la certeza que él estaba ahí comiendo con nosotros y a cargo de la música.  Emocionante.
El segundo clásico fue el Eataly al cual siempre íbamos antes de comer, para tomar y picotear algo a la pasada.  Esta vez almorzamos ahí.  El lugar es un imperdible.  Venden toda clase de comida fresca y envasada, italiana obviamente.  El mundo de los quesos, los helados, la pasta y mucho más.  También con rincones para los que gozan de cocinar, libros, accesorios, hay de todo, es demasiado entretenido.  Al momento de comer el lugar divide los comedores por tip, jamones, pasta, vegetariano y pescado.  Nos fuimos al vegetariano por que habia disponibilidad inmediata y sorpresivamente comí el mejor plato del viaje.  Gnocchi rellenos con ricotta y bañados en salsa de mantequilla café.  Creo que simplemente no hay palabras para describir este plato.  Atención perfecta, precio adecuado.  ¡Un siete!. Les doy el dato que se abrió hace poco otro Eataly versión reducida en el World Trade Center.

Queda pendiente para mas adelante un blog con el ABC de NY, pero no puedo dejar de comentarles un par de cosas mas turísticas. Siempre habíamos ido a Brooklyn Hights y Dumbo (Down Under the Manhattan Bridge Overpass) de día.  Esta vez fuimos a ver la puesta de sol y fue uno de los momentos altos del viaje.  Nosotros llegamos en metro a la estación High en Brooklyn. Es ideal porque llega a dos cuadras de la orilla del East River, justo entre el Manhattan y el Brooklyn Bridge. Ideal para ver la puesta de sol desde ahí y esperar a que esté bien oscuro.  Recomiendo llevar trípode porque desde aquí se logran las mejores fotos del viaje.  La de la portada de este posteo es una de ellas.  Si quieren comer aquí, recomiendo el Cecconi's que tiene excelente recomendación y ubicación privilegiada.  Recomiendo caminar por la orilla hasta el otro lado del Brooklyn Bridge porque la vista cambia mucho cuando uno se va moviendo.  Lleno de gente el lugar es seguro y las vistas únicas.  La alternativa de traslado es llegar a City Hall en Manhattan y calcular 20 minutos para cruzar a pie el puente de Brooklyn, es un panorama imperdible.  


Un consejo que vale la pena.  Desde JFK hasta Manahattan ida y vuelta: ¡use el metro!  Desde el aeropuerto se toma el Air Train que cuesta 5 dólares (se pagan al salir) hasta la estación "Jamaica Center" y de ahí se toma el metro linea E que llega a varias partes de Manhattan.  Por menos de 8 dólares llega de manera rápida, segura y sin stress.  Para la vuelta lo mismo, teniendo en cuenta que se baja en la penúltima estación y no en Jamaica Center.  Basta con fijarse donde todos los que van con maleta se bajan.  Recomiendo ir con la metro card cargada con los 8 dólares porque las filas para cargarlas en el air train son largas.  Este tren para en todos los terminales.  Simplemente genial.

En este viaje nos faltó ver algunas cosas.  Por tiempo no pudimos hacer el Tram a Roosevelt Island que es uno de mis panoramas favoritos.  Tampoco pudimos ir a la 42 y todas sus atracciones, la Grand Central, el Chrysler Building (para mi el mas lindo de NYC) ni el Bryant Park.  Nunca se puede hacer todo pero así tengo una buena excusa para volver.

Cross Check y Reportar

10 comentarios:

  1. Se nota que vienes llegando todo fresquito.me encantan tus comentarios personales que hacen la diferencia....topisimo este numero

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    1. Paulita al fin tu comentario!!! gracias!!! me encanta que lo leas.
      besos

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  2. Emocionante la presencia de tu papá en el abrazo. Esas cosas pasan, a veces muy seguido, pero uno no siempre las nota. Me encantó lo del metro. La última vez use Uber. Si bien es cómodo, la opción metro es muchísimo más barata y eficiente, sobre todo a las horas del taco. Bueno tu viaje flach!

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    1. No todo el mundo entiende lo que significan estas cosas. Hay q haber perdido un ser querido cercano para entender cómo te siguen acompañando. Lo del metro ni te lo cuestiones, es maravilloso y rápido 😘😘😘

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  3. Excelente posteo!
    Como dices, NY siempre sorprende.
    Buen dato el el metro.

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  4. Buenísimo Sol! tenía ganas de usar el metro desde el aeropuerto, pero no me animaba.... buen dato.
    Cuánto se demora?

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    1. Se demora como 45 minutos, en total entre el metro y el air train.

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