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jueves, 4 de noviembre de 2021

Brujas, la ciudad encantada





Brujas
Siempre oí que Brujas era la ciudad más linda del mundo y por eso estuvo dentro de mi lista corta de lugares para visitar desde el principio. No me arrepiento. Si bien no me atrevería a catalogarla como la más linda del mundo, sin duda es una ciudad impactantemente linda y además con un encanto como de cuento que es lo que realmente enamora. La ciudad se encuentra a una hora en tren de Bruselas, la preciosa capital de Bélgica pero a pesar de la corta distancia, un mundo entero separa a estas dos ciudades. Brujas es la capital de la provincia de Flandes Occidental, una zona orgullosa de sentirse distinta en Bélgica y que incluso tiene su propio idioma, el flemish, una variación del holandés que se habla en esta región; aunque todo el mundo habla también francés y por supuesto inglés.
Su nombre no tiene su origen en el mito de que esta sería una ciudad embrujada sino que viene del término escandinavo "brigga" que significa "puerto". Fue gracias a esta condición de conexión marítima que la ciudad ganó mucha importancia durante el siglo XIV aunque fue rápidamente desplazada por su vecina, la ciudad de Antwerp que tenía una conexión más directa y rápida al mar. Asi fue como empezó a declinar en importancia en el siglo XV y llegó a ser la ciudad más pobre de Bélgica durante el siglo XVIII. Solo a partir del siglo XX y de la mano del turismo la ciudad fue resucitando y logrando hacia fines del siglo ser considerada patrimonio de la humanidad por la Unesco. En los últimos años, Brujas está recibiendo un promedio de 8 millones de turistas al año y es la ciudad más visitada de todo Bélgica. Aunque la mayoría de ellos va por el día, yo recomiendo pasar una noche ahí, el encanto  que toma la ciudad de noche es absolutamente transformador. De hecho, yo me quedé dos noches y no me arrepiento para nada. 


Plaza del Mercado Grote

Stadhuis -  Ayuntamiento

Por supuesto que esta pequeña ciudad es para aplanarla caminando o en bicicleta, olvídese del auto porque no se necesita y además muchas de sus calles los prohiben. Si no quiere hacer ejercicio está la posibilidad de recorrerla en carroza, que siempre tiene un atractivo especial pero prepare la billetera porque ese es un lujo que no todos pueden financiar. 
Brujas es una ciudad medieval y esto no solo queda claro en cada rincón de sus calles adoquinadas sino que queda en evidente manifiesto en sus dos plazas principales. La primera de ellas es la Plaza Burg, uno de los lugares más atractivos de la ciudad y con gran importancia histórica. Rodeada de emblemáticos y preciosos edificios, quizás el más destacado es el del ayuntamiento conocido como Stadhuis. Es el ayuntamiento más antiguo de todo Bélgica y data de 1376.  Construido en estilo gótico florido es un adorno majestuoso al lugar. 
Basílica de la Sangre Santa

Vale la pena visitar la sala gótica que tiene una bóveda policromadra absolutamente preciosa. En sus frescos se relata la relación del pueblo de Brujas con sus gobernantes.
En la plaza hay también un palacio barroco de 1662 conocido como la Probostía, pero lo que a mi más me gustó y me emocionó fue la pequeña Basílica de la Santa Sangre. Construida en el siglo XII con un estilo romántico y neogótico que realmente lo deja a uno mudo. En el piso superior guarda una importante reliquia, un trozo de tela que dice contener la sangre de Cristo. El lugar se puede visitar con mucha facilidad y con sorprendente baja afluencia de turistas, especialmente durante la mañana ya que la mayoría de los visitantes llegan a la ciudad a la hora de almuerzo.  La majestuosidad y belleza de este lugar invita a quedarse y disfrutarla por un buen rato, agradeciendo cada una de las cosas que a uno le permitieron llegar ahí. Es inevitable sentirse privilegiado al ser testigo de semejante maravilla.  
La invitación es después a disfrutar del movimiento de la plaza en alguna de las varias terrazas de los múltiples cafés que la rodean y probar un chocolate caliente tradicional belga o bien una rica cerveza helada. Todo dependiendo de la hora o de sus gustos. 
No puede ir a brujas y no probar los famosos waffles belgas. Lamentablemente yo no como azúcar lo que transformó este viaje en un absoluto desafío para mi fuerza de voluntad, pero mi marido lo disfruta por ambos con unas ganas que me hace feliz solo de mirarlo. El clásico es con chocolate pero puede comerlo como mejor le parezca mientras disfruta de la vista o camina vitrineando por la enorme cantidad de tiendas que hay en la ciudad. El gran flujo de turistas atraen al comercio en todas sus formas, desde pequeñas tiendas locales hasta enormes y elegantes tiendas internacionales. 

Plaza del Mercado Grote 

Campanario Belfot
A pocos pasos de la plaza Berg se encuentra la segunda y más importante plaza de la ciudad, la del Mercado Grote. Este es el corazón de Brujas y su movimiento constante asi lo demuestran. Mi recomendación es llegar temprano en la mañana para poder subir al campanario Belfot evitando las largas filas que se arman hacia medio día. Subiendo los 366 escalones podrá apreciar la mejor vista de la ciudad y sus alrededores. Además de su funcionalidad como torre de vigilancia, la torre representaba el poder y la independencia de la ciudad. El edificio empezó a construirse en el siglo XIII. Durante el ascenso a la torre podrá ver la campana de la Victoria, la cual solo suena moviendo sus más de 5.000 kg para la procesión de la Santa Sangre o cuando el equipo local gana la liga belga de futbol; algo que me temo sucede poco. Además de la preciosa y completa vista a toda la ciudad, podrá apreciar el carrillón que suena en las horas exactas siempre con una melodía diferente.  
Hay mucho más por ver en esta agitada plaza, partiendo por el mercado que se instala en las mañanas de los miércoles con ventas de frutas y verduras frescas ademas de muchos otros variados productos. El mercado data del siglo X, en donde ya este lugar era el centro de reunión de la ciudad.
Plaza del Mercado Grote
Aquí se fusionan turistas y locales dándole enorme movimiento a la plaza, especialmente por las mañanas. Son varias las calles que llegan a ella, dándole ese aire de epicentro que se siente al poner un pie aquí.  Al centro destaca el monumento a Pieter de Coninck y Jan Breydel, dos héroes locales que lucharon por la independencia de Brujas contra los franceses en el año 1302. En el lado noroeste de la plaza destacan las Casas Gremiales, un colorido grupo de edificaciones muy características de la ciudad y que hoy albergan cafés y restaurantes principalmente turísticos.  Al lado de estas casas se encuentra el edificio del consejo provincial, una edificación majestuosa de estilo neogótico y construida en 1887. Antiguamente fue residencia del gobernador de la provincia pero ahora es sede del juzgado provincial de Flandes Occidental.
En mi opinión, la mejor vista de la plaza, su movimiento y su belleza arquitectónica, se obtiene desde la terraza del Museo Historium. El museo, que cuenta la historia de brujas con personajes ficticios y atractivos para niños, no me resultó muy interesante pero tiene un café con una terraza en el segundo piso que ofrece una vista espectacular a la plaza.  Se puede entrar solo a sacar fotos o disfrutar de la vista.

Casas gremiales

Como en toda pequeña ciudad la gran gracia de Brujas está en recorrerla con algo de azar, perderse en sus calles, dejarse llevar por el instinto y disfrutar de los encantos locales. En el caso de Brujas, siendo una ciudad belga obviamente sus principales encantos culinarios pasan por el chocolate (y todos sus variados usos) y la cerveza. La ciudad está repleta de lugares para poder disfrutar de las gracias culinarias locales y créame que se le hará imposible resistirse porque hasta el último rincón de Brujas tiene olor a chocolate. Todas las calles que rodean a la plaza del mercado ofrecen un encanto especial. Primero por su arquitectura mantenida en perfectas condiciones, segundo por su comercio, muy ligado al chocolate y la cerveza pero también al comercio local y la moda. Brujas tiene un barrio de tiendas bastante elegantes y con buen movimiento. Por ultimo, los adoquines de la ciudad y los pocos autos que dejan casi todo el espacio a las bicicletas y los carruajes tirados a caballo son la guinda de la torta para trasladarlo varias centenas de años en el tiempo. Por algo el centro histórico de Brujas fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco el año 2000



En cualquier dirección que avance, difícilmente logrará llegar a las tres cuadras sin cruzarse con algún canal. Sí, Brujas también es conocida como la Venecia del Norte, al igual que Amsterdam, Estocolmo y Copenhague entre otras. Los canales de Brujas no solo son la evidencia viviente de el importante rol que tuvo la ciudad en el comercio europeo durante la edad media sino que también son un protagonista innegable en este pequeño rincón belga. Recorrer los canales en bote es un panorama absolutamente imperdible, no solo porque entrega una perspectiva distinta al visitante sino que además desde los canales se pueden visitar lugares solo accesibles en bote; pequeños escondites con aires medievales que se retratan de maravillosa manera en las fotos y en los recuerdos. Si bien hay varios lugares en donde tomar estos tours en bote, el más popular es en el muelle del Rosario, a una cuadra de la Plaza del mercado. Temprano en la mañana se evitan las filas, aunque no hay que desesperarse, hay muchísimos botes y las filas avanzan bastante rápido. Disfrute de las historias y relatos del botero, siempre son un gran aporte al paseo, pero sobretodo disfrute de la vista inigualable de esta encantadora ciudad. 
Canales de Brujas


El paseo en bote los llevará a el famoso Lago del Amor (Lago Minnewater) al que recomiendo volver a pie y recorrer con calma. Desde el agua se disfruta sin duda de sus preciosas vistas, los cisnes que lo habitan y una calma que se mete por cada inspiración hasta ahogar al visitante en este ambiente de paz, belleza y romanticismo. El origen del lago (en realidad es una pequeña laguna) se remonta al siglo XIII cuando se construyó con en fin de canalizar las aguas del rio Reie. El parque que lo rodea está lleno de lindas sorpresas para visitar. El pequeño Castillo de Falle con su estilo gótico y su ubicación privilegiada domina toda la escena pero son a mi gusto los pequeños puentes los que llevan todo el romanticismo y la magia de la zona a una posición sublime. Destaca el puente Sahuis, lejos el más fotogénico del lugar. Vale demasiado la pena caminar hasta el parque Begijnhuise donde está la famosa beatería de Brujas. Aquí se congregaron monjas a las que se le sumaron viudas y huérfanas de las cruzadas que consagraron su vida a rezar, trabajar la lana y cuidar enfermos. Su importancia y posición social fueron cambiando con el tiempo. Hay un lindo museo para visitar y su capilla vale mucho la pena conocer.
Castillo de Falle

La Iglesia de nuestra señora es otro de los lugares icónicos de la ciudad. Con 115 metros de altura su torre de ladrillos no solo es la más alta de la ciudad sino que es la segunda más alta de Europa. En su interior se puede ver la preciosa Madonna de Brujas, obra hecha por el mismísimo Miguel Angel. La iglesia no solo impacta por dentro sino que su figura domina gran parte del escenario de la ciudad, especialmente si se pasea en bote a su alrededor en donde varios puentes adornan las fotos y nuevamente es la quietud la protagonista de la escena. La iglesia data del siglo XIII y las tumbas de Carlos el Temerario, duque de Borgoña y su hija la duquesa María de Borgoña están dentro de la iglesia.
Otro importante lugar para visitar, a una pocas cuadras pero atravesando el entretenido centro histórico de Brujas, es la Plaza Jan Van Eyck, pintor belga cuya estatua domina el escenario. En frente a ella nace el canal Spiegelrei desde donde salían los barcos que llevaban al mar las mercancías belgas y de todos los países bajos. Esta zona era el centro financiero y burgés, aquí estaba la aduana y los edificios que rodean la plaza son el encuadre perfecto para las fotos más bonitas de la ciudad. 


A pesar de los miles de turistas que llegan a Brujas, muchos de los lugares más visitados se van vaciando en la medida que avanza el día, por eso recomiendo mucho pasar al menos una noche en la ciudad. La oscuridad le da un tono lúgubre y romántico que la eleva a un nivel de belleza simplemente sublime. La escasa pero perfecta iluminación realza cada uno de los lugares icónicos y también de los rincones más preciosos. Hubo un lugar que cautivó al lente de mi cámara en todos los horarios del día, un pequeño restaurante en un rincón de un callejón. El lugar está bastante escondido pero por suerte yo lo tenía marcado como los mejores lugares para comer en Brujas y vaya que lo fue. Se trata del De Vlaamsche Pot, la Olla flamenca (https://www.devlaamschepot.be/). Un delicioso restaurant de comida típica flamenca, instalado  en una antigua casona de la zona y adorablemente decorado en sus varios rincones interiores. La comida no es solo brutalmente abundante sino que además es absolutamente exquisita. Atravesar su puerta es entrar en un libro de cuentos en donde dan ganas de verlo, tocarlo y probarlo todo. Se recomienda hacer reserva porque este inolvidable lugar abre solo 5 días a la semana (lunes y martes cerrado) por lo que la demanda por comer aquí siempre es enorme. 

 
De Vlaamsche Pot de día y de noche, siempre precioso

Desayuno en el Hotel Van Cleef
En general no recomiendo alojamientos porque este es un tema tan personal , sensible al presupuesto y gustos de cada viajero que prefiero obviarlo. Sin embargo, toda norma tiene su excepción y el hotel que nos alojó en Brujas merece a todas luces ser la excepción en esta materia. Me di muchas vueltas buscando algo que no fuera tan caro pero que estuviera a la altura de la ocasión y del lugar. Un hotel que tuviera buena ubicación pero que fuera especialmente romántico y bien atendido. Aunque la recomendación viene de cerca debo decir que no pude elegir mejor. El hotel Van Cleef  (https://www.hotelvancleef.be) nos entregó una de las mejores experiencias hoteleras de nuestras vidas. Atendido literalmente por sus dueños, una pareja de belgas y su hijo, quienes están pendientes de cada detalle a cada momento. Su atmósfera ultra elegante pero muy intima hacen que uno se sienta como parte de la realeza de tiempos que ya no existen.
Hotel Van Cleef


El hotel es absolutamente precioso, por fuera y por dentro, con una decoración maravillosa tanto en los espacios comunes como en las piezas en donde desde los amenieties hasta la ropa de cama es de una elegancia a otro nivel. El desayuno se puede tomar en su terraza que da a uno de los canales principales de la ciudad y es una verdadera fiesta de manjares. No tengo ninguna duda que de volver a Brujas, lo haría a este precioso hotel. 

Cuesta irse de Brujas, cuesta volver a la realidad y dejar atrás este mágico lugar. Cuesta porque en la ciudad todo funciona en sintonía para que uno se sienta en un mundo mágico, precioso, en donde la belleza y la tranquilidad son los principales protagonistas. Las grandes ciudades pierden atractivo cuando uno se deja embaucar por la mágica belleza de la pequeña ciudad flamenca, en donde el tiempo y la vorágine no existen. Visitarla con calma creo que es mi último y más importante consejo porque solo asi uno podrá realmente empaparse de esta aura maravillosa con que la ciudad envuelve al visitante que se quiere dejar transportar a tiempos que ya no volverán. 

martes, 24 de septiembre de 2019

Amsterdam: paseo entre canales y bicicletas



Amsterdam, capital de los Países Bajos, fue fundada el siglo XII como un pequeño pueblo pesquero. Hoy es una de las capitales turísticas del mundo con casi 18 millones de visitantes al año. Con más de 100 kilómetros de canales y más de 1.000 puentes, todos adornados con preciosas flores y rodeados de frondosos arboles, se transforma en un lugar único e imperdible, especialmente en verano. La ciudad fue construida en un terreno quitado al mar con un sistema de diques que comenzó en el siglo XV. De esta forma se entiende la ordenada disposición concéntrica de sus canales en torno al centro histórico de la ciudad. Con solo 800 mil habitantes y a pesar de estar siempre inundada por turistas, la ciudad es amigable y fácil de recorrer. Si bien el transporte público existe, no se hace necesario usarlo como visitante, la ciudad es fácilmente caminable o pedaleable. Por algo se le conoce como la capital mundial de la bicicleta. Todo el mundo tiene una y la usa en todo momento, circunstancia y horario. Las ciclovías están en casi todas partes pero no en las calles que bordean los canales, como peatón hay que ser cuidadoso y prudente.


Sin ninguna duda, recorrer los canales de Amsterdam es el paseo inevitable de todo visitante. Mi recomendación es recorrer la mayor cantidad de ellos porque son muy distintos unos de otros. Si bien siempre es entretenido perderse entre callecitas y puentes hay algunos canales que no se pueden dejar de conocer. El principal es el Prinsengracht, no solo es el más extenso sino también el más sencillo y acogedor. Repleto de casas flotantes recorre un barrio que alguna vez fue muy modesto; talleres, almacenes y viejas iglesias es lo que lo rodea. Otro muy famoso es el Herengracht, donde están las mansiones y casas señoriales que le dan un aire de elegancia al canal. El recorrido desde el agua siempre es una buena idea. La mayoría de los tours salen en los canales cercanos a la estación central. Hay algunos que incluyen tragos y comidas, también están los clásicos botes grandes y masivos. Los canales están llenos de modestos puentes con enorme encanto, un paraíso para quienes disfrutamos de la fotografía. Es algo tan distinto a lo que se ve en los grandes ríos del resto de las capitales europeas. Es imposible no enamorarse de ellos aunque cueste identificarlos, son cientos. Las casas flotantes son otra maravilla, hay más de 2000 instaladas en su vasta colección de canales e incluso hay un museo que invita al visitante a conocer como es la vida sobre el agua. Amsterdam es una ciudad para caminarla completa, no solo porque es absolutamente plana y por lo tanto fácil de recorrer, sino porque está repleta de preciosos rincones, ideal para quienes disfrutan de un paisaje bonito, la fotografía o un rico café, ya que los hay por todas partes. El ambiente es siempre relajado, entretenido y amable. Por supuesto que también se puede hacer en bicicleta, se arriendan por todos lados y hay estacionamientos especiales en todas partes.
Beginjnhof

Beginjnhof
Uno de esos rincones escondidos que es una verdadera joya de la ciudad es Beginjnhof. Se trata de un precioso jardín privado, rodeado de pequeños y preciosos edificios del siglo 17.  En esos años este lugar albergaba a un grupo de beguinas, mujeres cristianas consagradas a Dios que trabajaban por el bienestar de la comunidad sin ser monjas. Hoy en el lugar viven principalmente estudiantes y mujeres solas y a pesar de que es un parque privado se puede entrar respetando ciertos límites. El lugar es precioso, está impecablemente cuidado y se respira un ambiente de tranquilidad maravilloso, por suerte no muchos turistas llegan aquí. Recomiendo entrar  a la pequeña capilla que está en uno de los accesos porque es realmente preciosa. Sentarse algunos minutos en sus bancas permite viajar en la historia y recuperar un poco de la paz que hemos perdido con el ajetreo común de estos tiempos locos. Otro imperdible es visitar el numero 34 que alberga a una de las dos casas de madera sobrevivientes en la ciudad de Amsterdam. La casa data de 1470 y se llama Houten Huis.

Europa Unida
Otro rincón escondido en Amsterdam es "Europa Unida", un grupo de 7 casas, entre la numeración 20 y 30 de la calle Roemer Visscherstraat. Fueron construidas en 1894 con el afán de honrar 7 estilos arquitectónicos europeos. El contraste de los estilos, colores y formas es un recuerdo de la diversidad existente en el viejo continente. Una casa romántica alemana, un palacio italiano, un pequeño castillo francés,  una villa española, un chalet inglés, una catedral rusa y una casa holandesa componen el conjunto que se encuentra a un par de cuadras del precioso parque Vondelpark.  Con 48 hectáreas es el parque más grande de la ciudad. Ideal para pasear caminando o en bicicleta. Durante el verano tiene gran actividad, incluso en las noches con conciertos en vivo y cine al aire libre. Su ubicación es bastante estratégica, porque si bien está alejado del centro histórico de la ciudad. está a pasos del distrito de compras de lujo y de la zona de los museos, una de las más visitadas por los turistas y locales.

Vondelpark

Rijksmuseum
Al hablar de Amsterdam es imposible no hablar de  sus museos. La ciudad está a la vanguardia en la cultura y sus más de 50 museos lo avalan. Sin duda el más conocido es el Rijksmuseum (https://www.rijksmuseum.nl/en), que es el museo nacional de arte e historia de los países bajos. Considerado uno de los más importantes del mundo es un símbolo de identidad para los holandeses. El  siglo XVII, llamado siglo de oro holandés, le entregó al mundo artistas como Rembrandt, Vermeer y Hals, entre otros. Parte de sus memorables obras están expuestas en este impresionante y enorme museo, traÍdo a Amsterdam desde La Haya por Luis Bonaparte en 1800. No es necesario comprar entradas previamente, se pueden comprar fácilmente ahí. Como siempre, mi recomendación es entrar a los museos sabiendo cuanto tiempo quiere invertir en ellos. Hay muchos interesantes y uno podría pasarse el dÍa entero viendo arte.
Autorretrato - Museo de Van Gogh
Museo de Ana Frank
A mi me pasó en el museo de Van Gogh (https://www.vangoghmuseum.nl/en), uno de mis artistas preferidos. El lugar me pareció simplemente perfecto, no solo por su tremenda colección de arte sino por la forma y delicadeza en que está contada su historia, fundamental para entender la obra de mi querido Vincent. Su vida solitaria y tormentosa se refleja en su arte de manera innegable e inevitable. Sus trazos cargados de emoción y dolor inundan cada cuadro. Siempre he creído que la gente de alma buena es transparente y aunque quiera no puede ocultar lo que siente. Eso me pasa con Van Gogh, ver su arte es ver su alma. En el primer piso hay una exposición de varios de sus más de 30 autorretratos, en donde no solo se puede apreciar su evolución artística y física sino también la manera en como él se veía y sentía. Un verdadero lujo. El famoso cuadro de su pieza también está aquí, así como uno de sus girasoles y su ultimo y emotivo cuadro "Trigal con cuervos".
Westerkek en el canal Prinsengracht
Ni les digo lo que es la tienda, repleta de preciosos artículos con su obra, imposible no salir con las manos llenas. La cafetería del museo tiene un autoservicio bien bueno para todo tipo de comidas, incluido el desayuno. Al lado del museo de Van Gogh esta el Stedelijk (https://www.stedelijk.nl/en) el museo de arte moderno. Vale mucho la pena verlo porque su colección no es enorme pero si de gran valor. Expresionismo, pop art y arte abstracto de primer  nivel encontrará en sus pasillos. Pollok, Picasso, Kusama y muchos más.
Uno de los museos regalones de la ciudad y de los turistas es el de Ana Frank (https://www.annefrank.org/es/) Le advierto que las entradas solo se venden on line, el 80% con varias semanas o meses de anticipación. El 20% restante se pone a la venta el mismo día de la visita pero hay que ponerse a una fila virtual que puede ser larga y sin garantía de encontrar entrada. A mi no me resulto y me quedé sin conocerlo. Creo que por cultura general hay que ir a este lugar, la casa en donde vivió y se escondió la pequeña Ana hasta ser delatada por unos vecinos. El museo se encuentra muy cerca del elegante barrio Jordaan que vale la pena recorrer y disfrutar de su preciosa arquitectura y al lado de la iglesia Westerkerk a cuyo campanario (el más alto de la ciudad) se puede subir por un precio razonable. Aquí está enterrado Rembrandt, aunque se desconoce el lugar exacto. No por nada es la iglesia protestante más grande de Holanda.

Palacio Real en la Plaza Dam
Atravesando todos los canales concéntricos se llega al centro histórico de la ciudad que tiene múltiples atractivos y varios puntos de encuentro. Quizás el principal es el Palacio Real que corona la muy famosa Plaza Dam. Considerada el corazón de Amsterdam debo confesar que a mi no me pareció tan atractiva. El palacio sin embargo es absolutamente majestuoso. Fue construido en el siglo XVII.
Oude Kirk en el barrio Rojo
Se puede visitar y maravillarse con su impresionante decoración, nuevamente, ojo con el tiempo invertido aquí, el castillo es enorme. A su lado esta la preciosa Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) que data del medioevo. La iglesia es mas bonita por fuera que por dentro pero si se decide a pagar la entrada no deje de ver su precioso púlpito que demoró mas de 15 años en ser construido. Se le llama iglesia nueva aunque es la segunda más antigua de la ciudad, básicamente porque la Oude Kirk (Iglesia vieja) fue construida primero. Instalada en el corazón del famoso barrio rojo de Amsterdam, esta iglesia resiste de manera estoica los embates a la moral y las buenas costumbres del barrio. Rodeada de burdeles, sex shop y shows eróticos, la Oude Kirk permanece intacta y preciosa. La entrada incluye un audio tour muy interesante.
Como todo el mundo sabe, en Amsterdam la prostitución y el consumo de drogas blandas es legal. Hágase a la idea porque toda la ciudad está inundada con el olor a hierba y realmente llega a marear a ratos. Si usted la quiere probar, se compra fácilmente en los llamados "coffee shop" en donde no venden café sino que hay un enorme y variado menú con marihuana de múltiples orígenes y atributos. Quienes fuman lo hacen tranquilos sin molestar a nadie, no son tema. Mucho más chocante resultan las vitrinas con mujeres exhibidas como mercancía a toda hora en los burdeles. A pesar de cualquier cuestionamiento moral que uno pueda o no tener, vale demasiado la pena ir a ver el barrio rojo de noche. Se repleta de gente, especialmente joven, que se pasea por sus calles en busca de las luces de neon rojas que son las características de los burdeles o inundan los peep show casetas para ver sexo en vivo. Vitrinee tranquilo porque a pesar de que no se ven policías en ninguna parte de la ciudad, el barrio es seguro. Ellos saben perfectamente que viven del turismo y por lo mismo, lo cuidan. Hago una advertencia, verá en las esquinas gente vendiendo globos, como si fueran de helio, pero tienen oxido nitroso, conocido como el gas de la risa, que es la ultima moda en droga blanda en Europa. 

Estación Central
Muy cerca del barrio rojo pero para visitar de día es la Estación Central, en un barrio en donde la ciudad se abre al mar. Su construcción empezó en 1882 siendo la primera de toda Holanda. Su fachada es impresionante y hoy es una de las estaciones más importantes del país. En esta zona encontrará los tours en bote y muchos guías dispuesto a venderle eso y mucho más. 

bitterballen
Papas fritas al por mayor
Restaurant De Blauwe Hollander
Hablemos un poco de comida. Los holandeses son fanáticos de las papas en todas sus formas, muy parecidos a los chilenos pero en grande. Ya desde temprano se ven por toda la ciudad pequeños locales con enormes fritangas de papas fritas, las tienen solas o bañadas con salsas en cucuruchos. Se las comen paseando por sus pequeñas calles, bordeando los canales o bien sentados en una mesa acompañándola de una cerveza helada. Si hablamos de un almuerzo más largo, lo más probable es que la papa venga en forma de bitterballen, unas mini papas rellenas, a veces con carne o con queso y que son una delicia. La otra alternativa muy popular es comer papa en forma de puré, en todos los restaurantes es el acompañamiento principal, siempre bañado en una generosa y sabrosa salsa, simplemente imperdible. Recomiendo el De Blauwe Hollander (https://deblauwehollander.nl/), en plena zona Leidseplein, un lugar repleto de restaurantes en donde este se lleva buenas críticas por su servicio y su comida muy típica holandesa. Ahora si bien hay que decir que la comida holandesa tiene mucha influencia alemana, lo más entretenido es el ambiente que en general hay en los locales, al menos en verano. Terrazas repletas de gente disfrutando de la comida  y de la cerveza a toda hora, en un ambiente de relajo y entretención total. Imposible no instalarse y sumarse. 
Bulls and Dogs
Un querido amigo que fue algunas semanas antes que nosotros nos recomendó probar un local que tiene dos ubicaciones en Amsterdam. Se trata del increíble Bulls and Dogs (https://www.bullsanddogs.com/). Fuimos al que está en Foodhallen, un especie de mercado con mesas compartidas y buenos bares en el centro. La experiencia gastronómica simple pero insuperable. Bulls and dogs es un pequeño y sencillo lugar que ofrece principalmente hot dogs pero llevamos a su máxima experiencia culinaria. En un pan de pretzel y condimentados de manera extravagante pero exquisita fue uno de los mejores almuerzos del viaje. ¡Simplemente sensacional!. 
Por ultimo y aunque yo no fui, recomendar el tour que hace Heineken en su fábrica en la ciudad. Es una de las cervezas holandesas más famosas del mundo y el tour incluye una degustación. 
Hay muchas más cosas para hacer en Amsterdam, sin duda una de esas capitales del mundo a la que hay que volver varias veces. No solo por su cantidad de panoramas y su ambiente único, vibrante y entretenido sino porque desde aquí se puede visitar fácilmente muchas otras ciudades de Holanda que vale la pena conocer. La Haya, Utrech o incluso Rotterdam están a un viaje corto en tren. Amsterdam me pareció una ciudad fascinante y solo quiero volver por más, no se lo pierda.

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