viernes, 19 de agosto de 2022

Viena, la majestuosa capital imperial


Palacio del Alto Belvedere

                                      Palacio Schonbrunn                                    
No tenía dentro de mis planes cercanos viajar a Viena. Probablemente por ignorancia no estaba dentro de mi radar ni de corto ni de mediano plazo. El covid y las prohibiciones de entrar a muchos países me llevaron a esta ciudad y debo decir que la sorpresa fue mayúscula. La pequeña Viena derrocha elegancia y belleza al nivel de competir codo a codo con Paris y para algunos incluso derrotarla. Su pasado imperial se manifiesta en todos los rincones, con impactante arquitectura, grandes avenidas y mucho arte que habla de un pasado en donde fue epicentro de la cultura. Viena es la capital de Austria y con casi 2 millones de habitantes es la ciudad más grande del país. Este año nuevamente fue elegida como la mejor ciudad del mundo para vivir, premio que ha ganado múltiples y merecidas veces. Es una ciudad pequeña, muy bien conectada por el transporte público, fácilmente caminable en la zona central y combina a la perfección el respeto por lo antiguo y la vanguardia que lo moderno tiene para ofrecer. 
                      Naturhistorisches Museum                   
Viena es conocida por ser la cuna de la música clásica pero este es solo uno de los aspectos atractivos de la ciudad. Gran cantidad de palacios, museos, parques y atracciones hacen de este lugar un destino imperdible en Europa. Asi como en USA es sabido que la libertad ocupa un lugar absolutamente prioritario siempre, en Viena la belleza tiene esa posición. En todo lugar y momento uno siente que se puso especial esmero por la estética y la elegancia, desde los basureros hasta los palacios, en cada detalle se puede notar que aquí lo práctico simplemente no es relevante. Ciudad amable y segura se hace grata para pasear, caminar y recorrer. Con buenos restaurantes y una atractiva vida nocturna ofrece panoramas para todas las edades e intereses. Con menos de 7 millones de turistas por año Viena es una ciudad que se puede ver, pasear y fotografiar con calma y comodidad. Tuve la suerte de visitarla a fines del verano europeo la primera vez y fue tal mi enamoramiento que volví a pasar la navidad a los pocos meses. A pesar del frío, pudimos disfrutar el espectáculo increíble que es la transformación de la ciudad en una gran feria de navidad inundada de luces, decoración y mercados navideños.

Opera de Viena

                                        Opera de Viena                                      
Probablemente el edificio más emblemático de la ciudad es el de la ópera que fue inaugurada en 1869 con una obra de Mozart. De una belleza absolutamente inefable no deja de sorprender cada vez que uno se enfrenta a él. Es considerado el principal templo de la ópera a nivel mundial por lo que vale la pena mirarlo con tiempo y dedicación tanto por fuera como por dentro. El edificio ofrece visitas guiadas en varios idiomas a un precio muy razonable que vale la pena tomar. Poder asistir a la opera es bastante más caro y lamentablemente no hay espectáculos durante el verano. En su interior las escalinatas de mármol lo conducen desde su impresionante hall renacentista hasta el auditorio con capacidad para 2.800 personas.
               Féretro de la familia real         
El emperador Franz Josef la mandó a construir con un estilo neo renacentista y sus iniciales están por todas partes. Su belleza, elegancia y perfección no logran traspasarse a las fotos, este es uno de esos lugares en los que hay que estar para entender porque producen tanto impacto. El edificio de al lado alberga al Museo Albertina (https://www.albertina.at/en/) con una pequeña pero completa colección de arte moderno se puede ver gran cantidad de obras de Picasso, Monet, Chagall entre otros. En su terraza ofrece una espectacular vista al edificio de la ópera. A un par de cuadras de aquí está el Neuer Market que es una plaza que estaba siendo remodelada y que promete quedar espectacular. En esta central ubicación se encuentra la Iglesia de los Capuchinos (https://www.kapuziner.at/kloester/wien/) que tanto por fuera como por dentro tiene un aspecto muy sencillo pero en el subsuelo están las criptas imperiales con lujosos e impresionantes féretros de casi toda la familia real. Tanto Franz Joseph como la muy famosa emperatriz Sisi están enterrados aquí. Vale la pena recorrer sus rincones en detalle y asi lograr palpar la grandiosidad del imperio Austro-Húngaro. 

Palacio Hofburg

                                       Palacio Hofburg                                        
En pleno centro histórico se encuentra el palacio Hofburg que durante 6 siglos fue la residencia de la poderosa familia real de los Habsburgo hasta el año 1918 cuando termina el imperio. El palacio tiene un aspecto relativamente sencillo considerando la grandiosidad de otras edificaciones similares. Vale la pena visitar la cámara del tesoro, la capilla imperial y el museo de Sisi. Al lado se encuentra la Escuela española de equitación, con mas de 400 años de antigüedad es una de las más emblemáticas del mundo y la única que desde el renacimiento se mantiene sin cambios. Se dedica exclusivamente a la crianza y entrenamiento de caballos lipizanos y fue declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco.
                Escuela Española de equitación.              

Tiene dos tipos de visitas, una que es una función de entrenamiento en vivo que es algo monotona y la segunda es una visita guiada que vale la pena hacer, porque es un panorama distinto y es muy interesante aprender sobre esta raza tan particular. Le anticipo que no dejan tocar a los caballos y cuesta bastante cumplirlo porque son preciosos y uno entra hasta las caballerizas. Atravesar los edificios del palacio para llegar a los jardines aledaños es algo que ayuda a caer en la cuenta de la grandiosidad de los tiempos pasados en Austria. Aquí es donde uno se da cuenta que Viena no tiene nada que envidiarle a ninguna gran capital europea y que si bien la ciudad es bastante chiquitita no escatima en elegancia y grandiosidad.  Es imposible no detenerse a mirar en detalle las esculturas exteriores, las decoraciones de los ventanales, sus cornisas y las sutiles y discretas combinaciones de colores en las fachadas, todo en todos crema rozando el amarillo. Los coches a caballo son parte habitual del escenario, sus cocheros con impecables atuendos ofrecen entretenidos paseos por el centro histórico de la ciudad. 

Palacio Hofburg

                          Plaza María Teresa - Mercado Navideño                   
En la parte posterior del palacio se encuentran los jardines y la plaza María Teresa en honor a la emperatriz madre de María Antonieta. Esta zona es conocida como el Museum Quartier ya que aquí se encuentran varios museos de los más importantes de la ciudad como el de Historia Natural, el Welt Museum, el Kunsthistorisches cuya tienda vale la pena visitar y varios otros más. Como siempre la recomendación es revisarlos antes y elegir porque Viena es una ciudad con muchísima oferta cultural y es imposible hacerlo todo. En este lugar se instala durante el invierno uno de los famosos mercados navideños de la ciudad. Son un verdadero espectáculo por su puesta en escena y también por sus productos, galletas de navidad, decoración, ropa navideña y muchos productos más, todo con la alegre música navideña que da un entorno de película. No deje de visitar el Burggarten (jardín del palacio) que es un oasis de tranquilidad y belleza, un pequeño escondite entre esa infinidad de edificios monumentales que invita al descanso y la quietud. No perderse la escultura de Mozart que es magnifica.
                   Biblioteca Nacional de Austria                  
A pocos pasos, detrás del palacio Hofburg está la Biblioteca Nacional de Austria. Es considerada una de las más lindas del mundo y tiene más que merecido el honor. El edificio data del siglo XVIII y la sala Imperial es su principal atractivo. Es de tal magnitud que al entrar los ojos no logran decidirse a donde enfocar. Sus enormes y altas estanterías repletas de libros compiten con los impresionantes frescos del cielo y enormes estatuas que adornan el lugar. Las ventanas, las cornisas, las escaleras, el piso, todo es espectacular. Si es un fanático de las antigüedades, dedíquele un buen tiempo a los mapas y los globos terráqueos porque son verdaderas reliquias. La entrada es algo cara considerando que la visita dura alrededor de media hora pero si por alguna razón solo tiene un día para estar en Viena, este es un lugar que yo no dejaría de visitar, realmente sobrecoge por su belleza, grandiosidad y elegancia, muy a tono con la ciudad que sorprende en cada rincón por exactamente las mismas razones.  
Palacio Alto Belvedere

                  El Beso - Gustav Klimt           
A unas pocas cuadras absolutamente caminables el Palacio Belvedere alberga dos de los mejores museos de la ciudad. Está compuesto por dos edificios en extremos opuestos de un precioso parque. En el bajo Belvedere destaca el salón de los espejos, la sala de los grotescos y la orangery. En la parte de atrás una serie de magnificas esculturas lo acompañan para recordarnos que esta fue una residencia imperial: la casa de verano de el príncipe Eugenio de Saboya. Caminando hacia el Alto Belvedere por el parque de tres niveles sorprenden sus jardines repletos de flores y sus impresionantes fuentes que decoran el entorno de manera majestuosa. El museo tiene una colección interesante y variada cuya obra principal es "El beso" de Gustav Klimt. He tenido la suerte de recorrer muchísimos importantes museos en mi vida y me he parado frente a varias obras sublimes y famosas pero no recuerdo ninguna que me hiciera sentir como lo hizo esta. La obra es inmensa en toda la dimensión de la palabra, desde lo físico hasta la potencia de sus imágenes llenas de símbolos, es imposible no sobrecogerse. Podría hablarle largamente de este conmovedor cuadro pero solo me remitiré a decirles que fue de lo mejor del viaje, absolutamente sublime. No deje de visitar la tienda del museo que es adictiva, mucha variedad de productos a precios razonables. En la parte posterior del edificio se instala otra feria navideña a fin de año, ideal para pasar el frío con un chocolate caliente casero. 
                                 Salm Brau                               

En la entrada a los jardines del Belvedere se encuentra uno de esos restaurantes con comida local que no se olvidan. El Salm Brau (https://www.salmbraeu.com/home/) tiene comida típica excepcional en un ambiente local y entretenido. Recomiendo probar el goulash que es absolutamente delicioso. Para hacerlo todavía más perfecto, este local fabrica su propia cerveza en varias versiones de diferentes estilos y sabores. Tiene a la venta vasos cerveceros y otros souvenirs para recordar este momento inolvidable de una experiencia 100% austríaca. Lugar muy popular y bien atendido, recomiendo hacer reserva porque llegar aquí y quedarse afuera debe ser horriblemente frustrante. A pocos pasos de aquí no deje de pasar por el Parque Stadtpark, un pequeño parque estilo inglés que fue construido a mediados del siglo XIX. Visitar la escultura a Johann Strauss y el edificio Kursalon para tomar un café y recorrer el parque disfrutando de su tranquilidad y vida urbana. Nosotros fuimos un día sábado y había un mini concierto de rock, con muchas familias recorriendo, descansando y disfrutando de este espacio publico bien pensado y bien cuidado. 

Iglesia San Carlos Borromeo

             Interior Iglesia San Carlos Borromeo             

A un par de cuadras vale la pena visitar el enorme e impactante monumento a los soldados rusos muertos durante la ofensiva en Viena que logró liberar la ciudad del dominio Alemán hacia el fin de la segunda guerra mundial. Caminando por este barrio se pasa por varias embajadas en suntuosas y elegantes construcciones. Destaca la de Brasil y la de Francia cuyos edificios son absolutamente impactantes. Este barrio esta coronado por la iglesia San Carlos Borromeo que fue patrono de la lucha contra la peste. De estilo principalmente barroco tiene toques rococó, griegos y romanos. Sus impresionantes columnas exteriores están inspiradas en la columna de Trajano de Roma. Por algo más de 5 euros se puede visitar su interior y disfrutar de sus impresionantes esculturas y una cúpula con enormes frescos en honor al mártir. Se puede subir y pasear por el exterior logrando no solo ver de cerca los detalles interiores y exteriores de las partes altas de la iglesia sino que además ofrece una vista preciosa de la ciudad. Revise los horarios porque cierra temprano.
Palacio Schonbrunn

                                     Glorieta Palacio Schonbrunn                      
Cuesta elegir la guinda de la torta en Viena. Hay demasiados lugares preciosos, edificios cautivantes y palacios monumentales pero la fastuosidad del palacio Schonbrunn se roba a mi entender el protagonismo. Definitivamente hay un antes y un después de Schonbrunn en el viaje. Cuesta no ponerlo como referencia y comparación a todo porque su enormidad, elegancia, impecables jardines y privilegiada ubicación hacen que uno le ponga un 7 de principio a fin. Se llega a él tras un viaje en metro de unos 20 minutos por la linea 4. Directo y fácil. El acceso al interior del palacio es pagado pero los jardines se pueden recorrer gratuitamente y en mi opinión es lo que más vale la pena. El palacio data del siglo XVII y fue la residencia de verano de la familia imperial. Por sus pasillos jugó de niña María Antonieta y la visita guiada lo lleva por 40 habitaciones, puede ser bastante agotador y quitarle el día completo. 
                            Jardines Palacio Schonbrunn                                   
Recorrer sus jardines y entrar al museo de los carruajes imperiales le tomará en cambio toda la mañana y será tiempo muy bien invertido. El lugar es grandioso, enorme, muy bien diseñado y ofrece variadas perspectivas para disfrutar de la vista y sacar preciosas fotos. Camine por los jardines hacia la glorieta que se ubica en una loma en el fondo del jardín. Es una caminata entretenida porque se va pasando por las diferentes fuentes y la vista va adquiriendo una cambiante perspectiva en la medida que se toma altura. En la glorieta hay un café para disfrutar de la vista y un merecido descanso, no deje de subir a la terraza en donde se puede apreciar la vista completa no solo de toda la propiedad del palacio sino de todo Viena.
                                Carruaje Imperial                         

Durante la época navideña se instala en la entrada del palacio una enorme y preciosa feria navideña con productos locales que es fascinante de vitrinear. Puede hacerse una buena idea en esta publicación de mi cuenta de instagram https://www.instagram.com/reel/CX8sg6coiRg/?igshid=YmMyMTA2M2Y= . La visita al museo de los carruajes imperiales es absolutamente imprescindible. Se hace un recorrido por una gran variedad de carruajes que demuestran la grandiosidad y pomposidad con la que se vivía en Austria durante el imperio. Los carruajes son originales y hay una buena muestra fotográfica de la utilización de algunos de ellos. Especialmente llamativo es el carruaje fúnebre. Vaya abrigado porque más allá de si afuera hace calor o frío, el aire en el interior del museo se mantiene muy helado para conservar los carruajes. La tienda del museo no es gran cosa pero la tienda del palacio que está en la entrada es muy entretenida y variada, además cuenta con impecables baños que se hacen muy útiles y necesarios.
Frontis Catedral de San Esteban

                       Posterior Catedral de San Esteban               
Ya de vuelta en el centro histórico se puede visitar el edificio del Parlamento y perderse por las calles aledañas para empaparse de la elegancia y el orden que impera en Viena en cada rincón. En el corazón de la ciudad se encuentra la Catedral de San Esteban que fue construida sobre las ruinas de una iglesia románica dedicada a San Esteban en 1147. Aquí se casó y se celebró el funeral de Mozart. De un imponente estilo gótico la iglesia impresiona por todos sus costados y por supuesto en su interior. Se puede subir a la torre de mas de 137 metros de altura aunque el observatorio es bastante pequeño y por lo tanto no ofrece una gran perspectiva. La caminata si permite apreciar de cerca el singular techo de azulejos de la catedral.  A un par de cuadras está la iglesia de San Pedro, que tiene uno de los altares más impresionantes de la ciudad, no se la pierda porque si bien el exterior no dice mucho el interior es sublime. Disfrute el paseo por la calle Graben que es peatonal, repleta de comercio y conduce hasta el barrio más elegante de Viena, donde están las mejores tiendas y los más elegantes restaurantes. Ahí puede disfrutar de un café o un almuerzo en el famoso café central que es una experiencia inolvidable. No recomiendo comer aquí porque cierra muy temprano y los mozos atienden de mala gana. El café es famoso por su elegancia y sus ilustres e históricos comensales como Freud y Tolstoi. 

                          Karntner Strasse                           
Caminar a cualquier hora por la peatonal Karntner Strasse es un panorama. Repleta de tiendas de todo tipo y de mucha gente que llena la ancha avenida y sus innumerables cafés es un lugar lleno de vida y entretención. Si tiene más tiempo puede visitar el mercado Naschmarkt que funciona desde el siglo XVI y tiene mas de 120 puestos con gran actividad especialmente en las mañanas. También se puede organizar un paseo por el Danubio, que curiosamente no atraviesa la parte antigua de la ciudad como en la mayoría de las capitales del mundo que tienen rio sino que está al limite de lo que podría considerarse apartado. Cerca de ahí se puede visitar la Hundertwasserhaus  que fue la casa del artista del mismo nombre y que está compuesta por varias fachadas de colores y formas irregulares, sin duda muy alejado al estilo clásico del resto de la ciudad pero sin duda algo curioso y diferente para ver. La casa en la que vivió Mozart y compuso las Bodas de Figaro alberga un museo que vale la pena recorrer con audioguía. Si si usted es fanático del sicoanálisis puede ir al museo de Freud que yo tuve que dejar para un próximo viaje. También me recomendaron tomar un bus para conocer Grinzing, un barrio vitivinícola en las afueras de la ciudad que no alcance a visitar. Mas allá de lo que alcance o no a hacer, no deje de disfrutar esta ciudad en toda su majestuosidad y armonía. Privilegie los múltiples restaurantes de comida típica austríaca, disfrute su exquisita cerveza local y sienta en su piel como en sus elegantes calles de alguna manera aun se viven los fastuosos y opulentos tiempos del imperio Austro-Hungaro.





1 comentario:

  1. Little Ways' strategic placement within this vibrant and bustling neighborhood amplifies its reputation as a culinary hub with a distinct character. It's not just a place to dine; it's an immersive experience that seamlessly blends exceptional cuisine with the rich tapestry of the community. Whether you're a local or a visitor, every visit to soho restaurant is an opportunity to savor not only delicious food but also the local atmosphere that makes it unique.

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